14 de septiembre de 2025 a las 21:40
Sheinbaum con el pueblo purépecha
El eco de las palabras de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aún resuena en el Pabellón Don Vasco, un testimonio vibrante de la profunda conexión que la une al estado de Michoacán y, en especial, al pueblo purépecha. No se trata de una simple visita protocolaria, sino del retorno a una tierra que la marcó profundamente, un reencuentro con las raíces que nutrieron su formación y moldearon su visión del mundo. Sus palabras, cargadas de emotividad, trascienden el discurso político para convertirse en una declaración personal, un agradecimiento sincero a la comunidad que la acogió y le enseñó el verdadero significado de la generosidad y la solidaridad.
La anécdota de las estufas ecológicas en Cheranástico, relatada con la nostalgia de quien recuerda un tiempo crucial en su vida, ilustra la potencia transformadora del encuentro intercultural. Una joven estudiante de física, armada con conocimientos académicos, llega a una comunidad indígena con la intención de compartir su saber. Pero la experiencia, como suele suceder, revierte los roles y se convierte en una lección de vida. No solo se construyeron estufas eficientes, sino también puentes de entendimiento, lazos de respeto y una profunda admiración por la sabiduría ancestral del pueblo purépecha.
Sheinbaum Pardo no escatima elogios al describir la experiencia. Habla de una transformación profunda, de un aprendizaje que va más allá de lo académico. Destaca la generosidad inherente a la cultura purépecha, una virtud que, según sus palabras, influyó decisivamente en su propia formación. La solidaridad, otro valor fundamental de los pueblos originarios, es resaltada como un tesoro invaluable, una cualidad que no se encuentra fácilmente en otros rincones del mundo.
Su testimonio nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar y preservar las culturas indígenas, no como piezas de museo, sino como fuentes vivas de conocimiento y sabiduría. El pueblo purépecha, con su historia, sus tradiciones y su profunda conexión con la tierra, representa un patrimonio cultural invaluable para México y para el mundo. Las palabras de la presidenta son un llamado a reconocer su legado y a construir un futuro en el que la diversidad cultural sea un pilar fundamental.
La visita de Sheinbaum Pardo a Michoacán no se limita a un acto político. Es un homenaje a la riqueza cultural del estado, un reconocimiento a la importancia de los pueblos originarios y una declaración de amor a una tierra que la ha marcado profundamente. Su voz, resonando en el corazón de la meseta purépecha, es un eco de gratitud y un compromiso con el futuro. Un futuro en el que la solidaridad, la generosidad y el respeto a la diversidad sean los pilares de una sociedad más justa e igualitaria. Y en ese futuro, la experiencia vivida en Cheranástico, construyendo estufas y tejiendo lazos con la comunidad, seguirá siendo un faro que ilumina el camino.
Fuente: El Heraldo de México