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14 de septiembre de 2025 a las 17:30

León XIV: 70 años de Fe y Alegría

Setenta años de vida y una vida entregada a la fe. Una cifra redonda que resonó con fuerza en la Plaza de San Pedro, no solo por el eco de las campanas, sino por la sincera emoción que emanaba de las palabras del Papa León XIV. "Doy gracias al Señor y a mis padres", pronunció con humildad, un recordatorio de que incluso el Sumo Pontífice encuentra su fortaleza en la familia y en la divinidad. Un agradecimiento que se extendió a todos aquellos que lo han acompañado en sus oraciones, una red invisible pero poderosa de fe que une a millones alrededor del mundo.

La Plaza de San Pedro, ese epicentro de la cristiandad, se convirtió en un crisol de culturas y nacionalidades, todas unidas por la celebración de este septuagésimo aniversario. Desde los rincones más lejanos del planeta llegaron muestras de cariño, mensajes de esperanza y plegarias por la salud y la guía del Santo Padre. Banderas de todos los colores ondeaban al viento, un testimonio vibrante de la universalidad del mensaje cristiano.

Entre ellas, destacó la presencia peruana, con una bandera imponente que portaba un mensaje especial: una felicitación al Papa y una invitación a visitar Chiclayo, una ciudad del norte del Perú conocida por su fervor religioso y su rica tradición cultural. La imagen del Jesús Nazareno Cautivo, que peregrinó por la Vía de la Conciliación hasta la Plaza de San Pedro, añadía un toque de profunda devoción a la celebración. Una imagen que habla de la fe arraigada del pueblo peruano, de su esperanza y de su deseo de compartirla con el Santo Padre.

La coincidencia de este aniversario con la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz añade una capa de significado a la jornada. La cruz, símbolo del sacrificio de Jesús, se erige como un recordatorio constante del amor infinito de Dios. Un amor que, como bien señaló el Papa León XIV, transformó un instrumento de muerte en un símbolo de vida. Sus palabras resonaron con fuerza en la plaza, recordándonos que el amor divino es capaz de vencer cualquier obstáculo, incluso el pecado.

"Nada puede separarnos de Él", afirmó el Pontífice, una frase que encierra la esencia misma del mensaje cristiano. Una promesa de redención, de esperanza y de un amor incondicional que trasciende cualquier barrera. Un mensaje que cobra especial relevancia en un mundo a menudo convulso, donde la fe se presenta como un faro de luz en la oscuridad.

La celebración del cumpleaños del Papa León XIV se convierte así en una oportunidad para reflexionar sobre el significado de la fe, del amor y del sacrificio. Un momento para renovar nuestra conexión con lo divino y para recordar que, en la cruz, encontramos la promesa de la vida eterna. Una jornada marcada por la alegría, la gratitud y la esperanza, que resonará en los corazones de los fieles mucho tiempo después de que las campanas de San Pedro hayan dejado de sonar. Un testimonio de la fuerza de la fe y de la unidad de la Iglesia, bajo la guía de su pastor, el Papa León XIV.

Fuente: El Heraldo de México