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14 de septiembre de 2025 a las 09:10

Durango en llamas: ¡Béisbol al rojo vivo!

El béisbol mexicano, un deporte que apasiona a multitudes, se ve ensombrecido por la realidad del país. Mientras la temporada 2025-26 de la Liga Mexicana del Pacífico se acerca, la sombra de la violencia se cierne sobre los Tomateros de Culiacán. Aunque la afición se mantuvo firme la temporada pasada, llenando el estadio a pesar del contexto, la incertidumbre persiste. ¿Será posible disfrutar del deporte sin el temor latente de que algo pueda suceder? Esta es la pregunta que se hacen muchos aficionados mientras el béisbol, como un reflejo de la sociedad, se niega a detenerse incluso en zonas en conflicto.

El caso de los Tomateros no es aislado. En Durango, los Caliente, propiedad de Emilio Hank Talancón, han vivido una verdadera pesadilla. La intromisión del crimen organizado en la venta de cerveza dentro del estadio Francisco Villa llegó a niveles insólitos, privando a los aficionados del simple placer de disfrutar una bebida refrescante durante los partidos. Imaginen la escena: un estadio lleno, la tensión del juego, y la imposibilidad de acceder a una cerveza. Una situación absurda que revela la complejidad del panorama.

La presión ejercida por el grupo criminal La Mayiza, dominante en el estado gobernado por Esteban Villegas, fue tal que Emilio Hank llegó a considerar seriamente la posibilidad de trasladar la franquicia. California y Arizona, en Estados Unidos, se perfilaron como posibles destinos, lo que habría convertido a los Caliente en la segunda franquicia mexicana en jugar fuera del país, siguiendo los pasos de los Tecolotes de los Dos Laredos, quienes ya dividen sus partidos entre ambos lados de la frontera.

La situación llegó a un punto crítico, con la posibilidad de que Hank adquiriera a los Mayos de Navojoa, quienes, buscando un nuevo horizonte ante la falta de patrocinios y la pobre asistencia en su estadio, el Manuel "Ciclón" Echeverría –irónicamente apodado "El Solón" por la desolación que se vivía en sus gradas–, decidieron mudarse a Tucson y cambiar de nombre. Un cambio drástico que refleja la desesperación de un equipo por sobrevivir.

Finalmente, la tormenta amainó. El conflicto por la venta de cerveza se resolvió, al menos por el momento, y los Caliente permanecen en Durango. No hay, hasta la fecha, una solicitud formal de cambio de plaza en la LMB. Sin embargo, la historia deja un sabor amargo y la incertidumbre persiste. ¿Cuánto tiempo durará esta frágil paz?

Los aficionados, los verdaderos amantes del béisbol, son quienes más sufren en estas situaciones. En Durango, la llegada del béisbol en 2016, tras la venta de los Delfines de Ciudad del Carmen, fue recibida con entusiasmo. Sin embargo, la alegría se vio empañada por las turbias circunstancias de la transacción, con la figura de Miguel Ojeda como presunto prestanombres de Alfredo Arámburo, actual dueño de los Algodoneros de Guasave. La posterior expulsión de Carlos Lazo, por un escándalo financiero millonario, terminó de confirmar la inestabilidad que rodea al béisbol en la región.

En definitiva, la historia del béisbol en México es un reflejo de la propia realidad del país. Un deporte que lucha por sobrevivir en medio de la adversidad, con la esperanza de que la pasión de los aficionados y la dedicación de los jugadores sean más fuertes que las sombras que lo acechan. La pregunta sigue en el aire: ¿podrá el béisbol mexicano encontrar la paz que tanto necesita?

Fuente: El Heraldo de México