La sombra de la violencia se cierne nuevamente sobre San Lucas El Grande, dejando tras de sí un escalofriante descubrimiento que ha conmocionado a la comunidad. Dos cuerpos, envueltos en cobijas, maniatados y con las marcas indelebles de la violencia, fueron encontrados en el parque de Zopilocalco. La tranquilidad matutina se vio interrumpida por la macabra escena, que rápidamente se convirtió en el epicentro del temor y la incertidumbre.

Fue la alerta de transeúntes, quienes observaron los bultos sospechosos, la que activó la respuesta de las autoridades. Al llegar al lugar, elementos de la policía confirmaron el hallazgo: dos cadáveres, aún sin identificar, yacían en medio de la desolación del parque. Aunque la identidad de las víctimas permanece en el misterio, las primeras pesquisas apuntan a que se trataría de dos hombres.

El área fue rápidamente acordonada, transformando el espacio de recreación en una escena del crimen. Bajo la cinta amarilla que delimitaba el perímetro, peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) comenzaron su meticuloso trabajo. Cada detalle, cada pista, por mínima que pareciera, fue cuidadosamente documentada. El levantamiento de los cuerpos se realizó con la solemnidad que exige el respeto a las víctimas, mientras la comunidad observaba con una mezcla de horror y curiosidad.

La investigación apenas comienza, y las interrogantes son muchas. ¿Quiénes eran estas personas? ¿Qué los trajo a este lugar? ¿Fueron asesinados en el mismo parque o sus cuerpos fueron trasladados hasta allí? El silencio de las víctimas, envueltas en sus mortuorios sudarios, se convierte en un clamor por justicia.

La incertidumbre se apodera de San Lucas El Grande. Vecinos se preguntan si se trata de un hecho aislado o si es el preludio de una nueva ola de violencia. La presencia policial se ha intensificado en la zona, buscando brindar una sensación de seguridad a una comunidad que se siente vulnerable.

Mientras la FGE continúa con las investigaciones, la esperanza se centra en que se logre esclarecer este doble homicidio y llevar a los responsables ante la justicia. El manto de la violencia debe ser levantado, y la verdad, por dolorosa que sea, debe salir a la luz. Solo así, San Lucas El Grande podrá comenzar a sanar las heridas de este trágico suceso y recuperar la tranquilidad que le ha sido arrebatada. El recuerdo de los dos cuerpos encobijados, sin embargo, permanecerá en la memoria colectiva como un sombrío recordatorio de la fragilidad de la vida.