14 de septiembre de 2025 a las 18:35
Canelo admira a Crawford tras derrota
La noche del 13 de septiembre quedará grabada en la memoria de los aficionados al boxeo, no solo por la contundente victoria de Terence Crawford, sino también por la entereza demostrada por Saúl “Canelo” Álvarez ante la adversidad. El Allegiant Stadium de Las Vegas fue testigo de un choque de titanes, donde la inteligencia y la habilidad de Crawford se impusieron a la fuerza y la determinación del mexicano. Más allá del resultado, la velada se convirtió en un hito histórico, registrando la mayor asistencia a una pelea de boxeo en la historia de la ciudad del pecado, con más de 70 mil almas vibrantes con cada golpe. Este récord, un logro en sí mismo, habla del poder de convocatoria del Canelo, un imán para las masas que trasciende el resultado deportivo.
La imagen de Álvarez, flanqueado por su esposa Fernanda, su hija y su equipo, enfrentando a la prensa con la cabeza en alto tras la derrota, es un testimonio de su carácter. No es fácil digerir un tercer descalabro profesional, el segundo en un corto lapso de tiempo, pero el tapatío demostró una madurez admirable al reconocer la superioridad de su oponente. Sus palabras, cargadas de humildad y respeto, resonaron con fuerza: "Obviamente, es difícil perder, pero estoy consciente de que quien no arriesga, no gana". Un mensaje que va más allá del ring, una lección de vida para todos aquellos que enfrentan retos y adversidades. Canelo no solo es un campeón en el cuadrilátero, sino también un ejemplo de perseverancia y dignidad.
La figura de Crawford, el nuevo tricampeón indiscutido, se agiganta tras esta victoria. Su estilo, basado en la inteligencia y la capacidad de adaptarse a las circunstancias, desarmó al mexicano. El cambio de guardia, una estrategia clave en su arsenal, resultó un obstáculo insalvable para el Canelo. Álvarez, con la honestidad que lo caracteriza, reconoció la maestría de su rival: "Es un excelente boxeador… su manera de pelear, su inteligencia, el cambiarse de guardia, iban a ser un reto". Un análisis preciso que demuestra su profundo conocimiento del boxeo y su capacidad para reconocer el mérito del oponente. Incluso llegó a declarar que Crawford superaba en habilidad al mismísimo Floyd Mayweather, una afirmación que sin duda generará debate entre los expertos y aficionados.
El ambiente en el Allegiant Stadium, cargado de expectativa y con una abrumadora mayoría de aficionados mexicanos, se transformó con el correr de los rounds. La esperanza inicial dio paso a la incertidumbre y finalmente a la decepción. Sin embargo, el rugido de la multitud, aunque apagado por el resultado, fue un testimonio del cariño y el apoyo incondicional que el Canelo despierta en sus seguidores. La derrota dejó un sabor amargo, pero también la certeza de que Álvarez sigue siendo el rey del boxeo en cuanto a popularidad y capacidad para generar eventos masivos.
Más allá de los cinturones, más allá de la victoria o la derrota, la figura de Canelo Álvarez se consolida como un ícono del deporte. Un hombre que asume riesgos, que enfrenta a los mejores, que se levanta después de cada caída. Su ejemplo trasciende el ámbito deportivo, inspirando a millones de personas en todo el mundo. Y aunque en Las Vegas la fiesta mexicana terminó con un sabor agridulce, la leyenda del Canelo sigue escribiéndose, capítulo a capítulo, con la tinta indeleble de la valentía y la perseverancia. La cifra de 150 millones de dólares ganados, superando la barrera de los 100 millones que en su momento impuso Mayweather, es un reflejo de su impacto global y su capacidad para generar ingresos, incluso en la derrota. Canelo demostró que, en el mundo del boxeo, a veces se gana incluso perdiendo.
Fuente: El Heraldo de México