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14 de septiembre de 2025 a las 15:45
Alerta sísmica: Epicentro del sismo en México hoy
La tierra tembló de nuevo. Dos sismos, uno tras otro, sacudieron el territorio mexicano en menos de 24 horas. Si bien no alcanzaron la intensidad necesaria para activar la alerta sísmica en la Ciudad de México, estos eventos nos recuerdan la constante actividad telúrica que caracteriza a nuestro país y la importancia de estar siempre preparados.
El primero, un temblor de magnitud 4.4, sorprendió a los habitantes de Los Mochis, Sinaloa, en la madrugada del domingo. Imaginen la escena: la quietud de la noche rota por el repentino movimiento, objetos cayendo, la incertidumbre ante lo desconocido. Horas antes, un sismo de magnitud 4.5 se había registrado en Pijijiapan, Chiapas, una zona acostumbrada a la danza de la tierra. Aunque de menor intensidad, un tercer sismo se registró en Pichucalco, Chiapas, completando un trío de eventos que ponen de manifiesto la dinámica geológica de la región.
Estos movimientos, aunque no causaron daños significativos, nos recuerdan la fragilidad de la corteza terrestre y la poderosa energía que se libera cuando las placas tectónicas chocan. Es un recordatorio de que vivimos en un planeta en constante movimiento, donde la tierra respira, se acomoda y a veces, ruge.
La ausencia de la alerta sísmica en la capital del país, ante estos eventos, genera interrogantes. ¿Por qué no sonó la alarma? La respuesta radica en la magnitud de los sismos. El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) está diseñado para activarse ante sismos de mayor intensidad, cercanos a los 6 grados en la escala de Richter. Es un sistema preciso, calibrado para alertar a la población ante eventos que puedan representar un peligro real, evitando falsas alarmas que podrían generar pánico innecesario.
En el caso de los microsismos, esos temblores casi imperceptibles que a veces sentimos en la Ciudad de México, la alerta sísmica tampoco se activa. Su corta duración y baja intensidad, combinadas con la proximidad de los sensores, hacen que la alerta sea prácticamente imposible. Son como pequeños suspiros de la tierra, un recordatorio constante de la actividad sísmica que nos rodea.
Ante esta realidad, la preparación es nuestra mejor aliada. Conocer las medidas de seguridad, tener un plan de evacuación familiar, ubicar las zonas de seguridad en nuestros hogares y lugares de trabajo, son acciones que pueden marcar la diferencia en una situación de emergencia.
La información es poder. Mantenerse informado sobre la actividad sísmica, a través de fuentes oficiales como el Servicio Sismológico Nacional, nos permite comprender mejor estos fenómenos y tomar decisiones informadas. Recordemos que la prevención es la clave para minimizar los riesgos y proteger nuestra vida y la de nuestros seres queridos. No olvidemos que la tierra seguirá temblando, es parte de su naturaleza. Nuestra responsabilidad es estar preparados.
Fuente: El Heraldo de México