El trágico eco de la explosión en el Puente de La Concordia resuena con más fuerza esta noche. La valentía de Alicia Matías Teodoro, quien con un acto de amor inconmensurable salvó la vida de su nieta Jazlyn, de tan solo dos años, se ha transformado en un símbolo de resiliencia y sacrificio. Su lucha contra las graves quemaduras que cubrían el 90% de su cuerpo ha concluido, dejando un vacío irreparable en su familia y en la memoria colectiva de una ciudad conmocionada. A sus 49 años, Alicia se une a la lista de víctimas que, lamentablemente, asciende a once tras la devastadora explosión de la pipa de gas. Su imagen, sosteniendo a su nieta en brazos mientras clamaba por ayuda a los uniformados, se grabó a fuego en la retina de miles de personas que siguieron con angustia los acontecimientos a través de las redes sociales. Una imagen que hoy se convierte en un doloroso recordatorio de la fragilidad de la vida y del poder del amor maternal.

La confirmación de su fallecimiento, por parte del titular de Movilidad de la Ciudad de México, Héctor Ulises García Nieto, ha reavivado el dolor y la consternación. Sus palabras de condolencia, aunque necesarias, no alcanzan a dimensionar la magnitud de la pérdida para la familia Matías Teodoro. Una familia que, como tantas otras afectadas por esta tragedia, se enfrenta ahora a un futuro incierto, marcado por la ausencia y el duelo.

Mientras tanto, en el Hospital Magdalena de Las Salinas, el ir y venir de médicos y enfermeras continúa sin tregua. Cincuenta y cuatro personas siguen luchando por sus vidas, sus cuerpos marcados por las quemaduras y el impacto de la explosión. Veintidós han logrado ser dados de alta, un pequeño rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Sin embargo, la sombra de la tragedia se cierne sobre ellos, sobre sus familias y sobre todos aquellos que han sido testigos de este doloroso suceso.

Para aliviar en algo la carga de los familiares, se ha implementado un operativo de seguridad y se ha instalado una carpa de apoyo en las inmediaciones del hospital. Un espacio donde pueden encontrar refugio, alimento y la posibilidad de cargar sus celulares, un enlace vital con el mundo exterior en estos momentos de angustia. Una muestra, aunque pequeña, de la solidaridad que ha despertado esta tragedia en la sociedad.

Las autoridades capitalinas continúan trabajando en la investigación para determinar las causas de la explosión y deslindar responsabilidades. Mientras tanto, la ciudad entera se une en un abrazo solidario a las víctimas y sus familias, con la esperanza de que este tipo de tragedias no vuelvan a repetirse. La historia de Alicia Matías Teodoro, la heroína que dio su vida por salvar a su nieta, quedará grabada en la memoria colectiva como un testimonio de amor y sacrificio en medio del caos. Un recordatorio de que incluso en las circunstancias más adversas, el espíritu humano es capaz de actos extraordinarios de valentía y abnegación.