La energía vibraba en el aire. Puebla, Tlaxcala e Hidalgo, tres estados que latían al unísono con la presencia de Claudia Sheinbaum Pardo, la Presidenta de México, quien en un fin de semana titánico, se entregó al pueblo para rendir cuentas, cara a cara, con la franqueza y la cercanía que la caracterizan. No eran simples mítines políticos, eran encuentros con la gente, diálogos con el corazón de México.

Imaginen la escena: el Centro Expositor de Puebla, un mar de rostros, 25 mil almas congregadas, expectantes. La voz de Sheinbaum Pardo resonaba con fuerza, recordando los logros de la Cuarta Transformación, un proyecto de nación que ha logrado, entre otras cosas, reducir la desigualdad en un país históricamente marcado por la brecha entre ricos y pobres. Un México que, gracias a las políticas implementadas, se posiciona como ejemplo en el continente. No eran palabras vacías, eran datos, eran realidades palpables en la vida de miles de mexicanos.

El recorrido continuó en Tlaxcala, en el Parque Andén de Apizaco. Allí, bajo el cielo tlaxcalteca, 13 mil personas más se reunieron para escuchar a la Presidenta. El ambiente festivo era contagioso. Y en medio de ese fervor, Sheinbaum Pardo anunció la gran culminación de esta histórica gira: un evento masivo en el corazón de México, el Zócalo capitalino, el próximo 5 de octubre. Una fecha que ya resuena en el calendario, un encuentro que promete ser épico, un cierre con broche de oro.

La jornada, intensa y emotiva, culminó en Pachuca de Soto, Hidalgo. Ante 10 mil hidalguenses, la Presidenta compartió una visión de futuro: el Polo de Desarrollo para el Bienestar, un proyecto ambicioso que promete transformar a Hidalgo en un referente mundial. No se trataba de una promesa vana, sino de un plan concreto, un paso firme hacia el progreso y el desarrollo. Las palabras de Sheinbaum Pardo resonaron con esperanza, con la convicción de un futuro mejor.

Este fin de semana no fue solo una gira política; fue una muestra de la fuerza que reside en el pueblo de México, una confirmación del compromiso de la Presidenta con la gente. Fue un diálogo abierto, un encuentro cara a cara, una demostración palpable de que la política puede ser cercana, transparente y, sobre todo, al servicio del pueblo. La gira continúa, el camino es largo, pero el compromiso sigue firme. El 5 de octubre, el Zócalo capitalino será testigo del cierre de este capítulo, un evento que promete ser un hito en la historia de México. ¿Te lo vas a perder?