Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Conciertos

13 de septiembre de 2025 a las 08:10

Sanz triunfa en el Auditorio

La magia de Alejandro Sanz inundó el Auditorio Nacional. No fueron simples luces doradas las que iluminaron el escenario, sino la propia memoria colectiva de generaciones que han crecido con su música. Desde el primer acorde de "Desde cuándo", se percibió esa conexión invisible, esa complicidad tácita entre artista y público. Un grito, "¡México!", y la respuesta ensordecedora confirmaron el cariño mutuo, un lazo forjado a lo largo de décadas.

El recorrido musical fue un viaje en el tiempo. "Capitán Tapón", un guiño a la intimidad, desató la euforia, demostrando la versatilidad de un artista que no teme mostrar su lado más personal. Sus palabras, cargadas de ese acento madrileño que ha conquistado corazones desde 1992, resonaron con sinceridad: "Me tienen el alma desde hace tantos años… Es su noche, hagan lo que quieran". A sus 56 años, Alejandro Sanz no solo sigue vigente, sino que se reinventa, demostrando que "La música no se toca" es más que el título de un disco, es una filosofía de vida, un compromiso con el arte.

Verlo con la bandera mexicana en alto durante "Por bandera" fue un gesto que trascendió lo simbólico. No fue simplemente un artista sosteniendo una bandera, fue un hermano abrazando a su gente. La sensualidad de "Bésame" contrastó con la melancolía de "A la primera persona", recordándonos que Sanz domina el espectro emocional con la misma maestría con la que domina las cuerdas de su guitarra. Sentarse en ese sillón y cantar sobre no tener "ni siquiera dónde estar" conectó con la vulnerabilidad de miles de personas que han encontrado consuelo en sus letras.

Cada canción fue un recuerdo compartido, un instante rescatado del baúl de la memoria. "Mi soledad y yo", un himno de los 90, nos transportó a una época donde Sanz emergía como la gran figura que es hoy. "El vino de tu boca", "Quisiera ser", cada título evoca una historia, una emoción, una vivencia personal ligada a la banda sonora de nuestras vidas. La crudeza de "Hoy no me siento bien" nos recordó que incluso los ídolos tienen momentos de fragilidad, y que está bien no estar bien.

La sorpresa de la noche, la colaboración con Rels B en "No me tires flores", inyectó frescura y energía al concierto, demostrando que Sanz sigue abierto a la experimentación y a la fusión de estilos. La intimidad de "Regálame la silla donde te esperé" transformó el Auditorio en un espacio de confesiones compartidas, mientras que "Amiga mía" nos devolvió a la nostalgia de los 90 con un coro monumental.

La energía de "Deja que te bese", la introspección de "Cuando nadie me ve", cada canción fue una pieza clave en el rompecabezas emocional que Sanz construyó a lo largo de la noche. "El alma al aire", "Mi marciana", "Aquello que me diste", "Yo te traigo"… cada título resonó en el corazón de los presentes, confirmando que la gira "Y ahora qué" es mucho más que una serie de conciertos, es una celebración de una trayectoria impecable.

"Los amo sin medida y sin control", sus palabras previas a "Yo te traigo 20 años" fueron el preámbulo a un clímax inminente. Las portadas de sus discos en las pantallas gigantes nos recordaron que han sido muchos más de 20 años compartiendo un camino lleno de música y emociones. "No es lo mismo", coreada con la fuerza de miles de gargantas, fue la antesala a un final apoteósico. "Y, ¿si fuera ella?", en una versión unplugged que desgarró el alma, seguida de la inevitable "Corazón partío", desató una catarsis colectiva, un ritual de sanación musical que selló una noche inolvidable. Un concierto que no fue solo un concierto, sino un reencuentro con la historia de nuestras vidas, con la banda sonora de nuestros recuerdos.

Fuente: El Heraldo de México