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13 de septiembre de 2025 a las 18:15

Paraguay Captura a Cabeza de La Barredora

La detención de Hernán Bermúdez Requena, alias "El Abuelo", ha reverberado a través del continente americano, marcando un hito en la lucha contra el crimen organizado transnacional. No solo se trata de la captura de un pez gordo, sino de la demostración palpable de una cooperación internacional efectiva y de la firmeza de Paraguay en negar refugio a la delincuencia. La figura de Bermúdez Requena, envuelta en un halo de poder y misterio, se desmorona ante la contundencia de la acción conjunta de las autoridades paraguayas y mexicanas. Su captura, en una mansión que parecía inexpugnable, rodeada de los símbolos de su opulencia –joyas, dinero, champaña–, es una imagen poderosa que habla por sí sola. El mensaje es claro: el lujo ilícito no blinda contra la justicia.

El presidente Santiago Peña, al frente de esta operación, ha dado un golpe de autoridad, no solo contra el crimen organizado, sino también contra la percepción de impunidad que a menudo lo acompaña. Sus palabras resonaron con fuerza: "Paraguay no será refugio de criminales". Esta declaración no es una simple consigna política, sino una promesa respaldada por la acción concreta. La meticulosa labor de inteligencia, la coordinación entre las distintas agencias –SENAD, Policía Nacional, Ministerio Público, SEPRELAD, SNI–, y la crucial colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia de México, pintan el cuadro de una estrategia bien planificada y ejecutada con precisión.

La cooperación internacional, en este caso, ha sido la clave del éxito. El reconocimiento del presidente Peña al compromiso de Claudia Sheinbaum, presidenta de México, subraya la importancia de la colaboración transfronteriza en la lucha contra un enemigo común que no respeta límites geográficos. La respuesta de Sheinbaum, destacando la estrategia mexicana de "atención a las causas y cero impunidad", refuerza la idea de un frente unido contra la delincuencia. Este intercambio de elogios no es una mera formalidad diplomática, sino un testimonio del valor de la cooperación y la confianza mutua.

En Tabasco, el estado mexicano que Bermúdez Requena alguna vez controló desde su posición como secretario de Seguridad Pública, la noticia ha generado una ola de reacciones. Mientras el secretario de gobierno, José Ramiro López Obrador, asegura que no habrá un repunte de la violencia y que el caso se investigará a fondo, la Fiscalía General del estado ya ha solicitado el traslado de Bermúdez Requena para enfrentar las acusaciones en su contra. La polémica es inevitable. La figura del ex secretario, desaparecido de la escena pública desde su renuncia en diciembre de 2023 en medio de una escalada de violencia, reaparece ahora bajo el peso de la justicia. Su arresto plantea interrogantes incómodas sobre la posible infiltración del crimen organizado en las esferas del poder y la necesidad de una depuración profunda de las instituciones.

La caída de "El Abuelo" no es el fin de la historia, sino el comienzo de un nuevo capítulo. La lucha contra el crimen organizado es una batalla continua que exige vigilancia constante, cooperación internacional y, sobre todo, la voluntad política de enfrentar a los poderes fácticos que buscan socavar el estado de derecho. El caso de Bermúdez Requena sirve como un recordatorio contundente de que la justicia, aunque a veces lenta, puede alcanzar incluso a aquellos que se creen intocables. Y también es un mensaje de esperanza: la cooperación internacional y la determinación de los gobiernos pueden marcar la diferencia en la construcción de un futuro más seguro para todos.

Fuente: El Heraldo de México