El regreso de Imelda Garza Tuñón a La Academia VLA ha generado una ola de expectativas y controversia. Tras su abandono el año pasado, alegando falta de concentración, la cantante vuelve dispuesta a conquistar el escenario y demostrar su valía. Su presentación, con una escenografía que emulaba un ring de boxeo, simboliza la lucha que ha emprendido no solo en el ámbito profesional, sino también en el personal.

La elección del tema "Loca" de Ana Bárbara, una canción con complejidades vocales como el cambio de tono cerca del final, demostró la ambición de Imelda por desafiarse a sí misma. Sin embargo, no logró sortear estas dificultades con éxito, lo que le valió críticas por parte del jurado, especialmente de Kiko Campos, una figura icónica de la música mexicana, cuyo legado incluye composiciones interpretadas en más de 30 países y por más de 100 artistas a nivel mundial. Campos, si bien reconoció una mejora en la seguridad y firmeza de Imelda en comparación con el año anterior, no dejó pasar por alto las desafinaciones. Su consejo, directo y profesional, fue claro: tomar clases para perfeccionar su técnica vocal, aprovechando su oído musical y cuadratura. Unas palabras que, aunque críticas, reflejan la creencia en el potencial de la cantante.

La calificación otorgada por el jurado, un secreto por parte de Nadia, un 3 por parte de Marisol y otro 3 por parte de Kiko Campos, la coloca en una posición intermedia, un punto de inflexión que la obliga a redoblar esfuerzos para alcanzar la nota máxima de 5. Esta puntuación promedio, resultado de la suma de las tres calificaciones, deja en claro que el camino hacia la victoria no será fácil, exigiendo un trabajo constante y una dedicación absoluta.

Más allá de la competencia, la vida personal de Imelda Garza ha estado bajo el escrutinio público, especialmente tras el fallecimiento de Julián Figueroa y los enfrentamientos con Maribel Guardia. Las acusaciones de la vedette, que señalaban a Imelda por consumo de sustancias y la presencia de hombres en su casa en compañía de su nieto José Julián, llevaron a una batalla legal por la custodia del menor, que finalmente ganó Imelda. Este episodio marcó una ruptura irreparable en la relación entre ambas, con declaraciones contundentes por parte de Imelda, afirmando su independencia económica y la capacidad de proveer para su hijo sin la ayuda de Maribel. La postura de la vedette, esperando que José Julián sea mayor de edad para tomar sus propias decisiones respecto a la relación con su abuela, añade otro capítulo a esta historia familiar llena de desencuentros. El silencio y la falta de comunicación entre ambas confirman la profunda grieta que separa a estas dos mujeres, un conflicto que trasciende lo artístico y se adentra en lo más íntimo y doloroso de sus vidas. ¿Será La Academia VLA una plataforma para que Imelda demuestre su fortaleza y supere las adversidades, tanto en el escenario como fuera de él? Solo el tiempo lo dirá.