Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Tragedia

14 de septiembre de 2025 a las 01:20

Abuela heroína: Alicia da su vida por su nieta

El silencio se cierne pesado sobre la calle donde Alicia Matías Teodoro, cariñosamente apodada "la abuelita heroína", recibe el último adiós de sus seres queridos. Un silencio roto solo por los murmullos de condolencias y el tenue parpadeo de las veladoras que custodian su féretro. La familia, aún conmocionada por la repentina pérdida, ha solicitado respeto a su privacidad en estos momentos tan difíciles, un deseo comprensible tras la intensa atención mediática que ha rodeado el trágico suceso. Sin embargo, también han expresado su gratitud por el apoyo recibido y su anhelo de que el acto de amor incondicional de Alicia no caiga en el olvido. Un acto que la elevó a la categoría de heroína, un acto que definió sus últimos momentos.

Recordemos los hechos: el miércoles 10 de septiembre, Alicia se encontraba en su puesto de trabajo, checadora de la Ruta 71, con su nieta Azulet, de tan solo dos años, a su cuidado. Una jornada laboral que transcurría con la normalidad de lo cotidiano se transformó en una pesadilla en cuestión de segundos. La explosión de una pipa de gas en el puente de La Concordia, en Iztapalapa, desató un infierno de llamas y una densa nube tóxica que envolvió a Alicia y a su pequeña nieta. En un acto reflejo, impulsada por el amor incondicional que solo una abuela puede sentir, Alicia protegió a Azulet con su propio cuerpo, convirtiéndose en un escudo humano contra la furia del fuego.

La imagen de Alicia abrazando a su nieta en medio del caos se grabó a fuego en la memoria colectiva, una postal desgarradora que simboliza el amor en su máxima expresión. Un amor que, según las palabras de Sandra Barajas Matías, hermana de Alicia, no fue en vano. Azulet se encuentra estable, un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Sandra, prudente y reservada, prefiere no ahondar en detalles sobre el estado de salud de la pequeña, respetando su derecho a la privacidad en un futuro.

Alicia, con quemaduras que cubrían la mayor parte de su cuerpo y luchando contra la pérdida de memoria, batalló por su vida durante dos largos días. Finalmente, la noche del viernes 12 de septiembre, la noticia de su fallecimiento conmocionó al país entero. México lloraba la pérdida de una heroína anónima, una mujer que, sin pensarlo dos veces, sacrificó su vida para salvar la de su nieta.

Hoy, bajo una carpa blanca erigida frente a su hogar, Alicia descansa rodeada de flores, veladoras y la imagen de la Virgen de Guadalupe. Entre las ofrendas, destaca la última fotografía que envió a su familia minutos antes de la tragedia: una imagen llena de ternura en la que se la ve sosteniendo a Azulet dormida en sus brazos, ajena al horror que se avecinaba. Un sacerdote oficia una misa en su honor, mientras los asistentes elevan sus oraciones por el eterno descanso de su alma.

La última voluntad de Alicia, según su hermana Sandra, fue ser cremada en una ceremonia íntima, rodeada únicamente de su pareja e hijas. A pesar del inmenso dolor, la familia se aferra al legado de amor que Alicia dejó tras de sí. Un legado que desean perpetuar, un legado que esperan inspire a otros a actuar con la misma valentía y desprendimiento. "Nos quedamos con la vida que salvó", afirma Sandra, con la voz entrecortada por la emoción. "Mi hermana es un gran símbolo de amor. Ha dejado una huella imborrable que esperamos que todos los que la admiran conserven en sus corazones. Que no sea algo momentáneo, que lo sigan compartiendo, que sirva para seguir ayudando a todas las personas afectadas por esta tragedia".

La historia de Alicia Matías Teodoro es un testimonio conmovedor del poder del amor, un recordatorio de que incluso en las circunstancias más adversas, el instinto de proteger a quienes amamos puede llevarnos a realizar actos extraordinarios. Su sacrificio no será olvidado, su nombre resonará en la memoria colectiva como un símbolo de esperanza y un ejemplo a seguir. Una abuela, una heroína, una mujer que entregó su vida por amor.

Fuente: El Heraldo de México