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13 de septiembre de 2025 a las 00:15

Oso ataca a hombre de 72 años

La tranquilidad de la zona rural de Arkansas se vio brutalmente interrumpida a principios de septiembre. Vernon Patton, un hombre de 72 años, se debate entre la vida y la muerte tras un inusual y violento ataque de un oso negro. La noticia ha conmocionado a la comunidad, no solo por la gravedad del incidente, sino porque se trata del primer ataque de oso registrado en el estado en un cuarto de siglo. Las heridas de Patton, que incluyen profundos cortes y desgarros en la cabeza y los brazos, hablan de la ferocidad del encuentro. Imaginen la escena: un hombre de 72 años, realizando una tarea cotidiana como esparcir grava con su tractor, cuando de repente se ve enfrentado a la furia de un animal salvaje. El terror que debió experimentar es inimaginable.

La familia de Patton, con el corazón destrozado, ha emitido un comunicado en el que reconocen la gravedad de las lesiones y la triste realidad: "en última instancia, no sobrevivirá". Sus palabras transmiten un dolor profundo y una resignación ante lo inevitable. Piden privacidad en estos momentos tan difíciles, un ruego comprensible ante una tragedia que los ha golpeado de forma inesperada. El comunicado, además de expresar su dolor, agradece las muestras de apoyo recibidas, un pequeño consuelo en medio de la tempestad.

Mientras la familia se aferra a los últimos momentos con Vernon, las autoridades intentan reconstruir los hechos. ¿Qué provocó el ataque? ¿Qué llevó a este oso, de poco más de 30 kilos, a atacar con tanta violencia? Keith Stephens, portavoz de la Comisión de Caza y Pesca de Arkansas (AGFC), reconoce que es la "pregunta del millón". La ausencia de testigos presenciales dificulta la investigación, convirtiendo el suceso en un misterio aún más desgarrador. Lo que sí se sabe es que el hijo de Patton intentó valientemente defender a su padre arrojando piedras al oso, un acto de coraje frente a una situación aterradora. Sin embargo, el animal, lejos de amedrentarse, incluso se abalanzó sobre él antes de huir.

La respuesta de las autoridades fue rápida y contundente. El oso fue localizado en un árbol cercano al lugar del ataque y abatido a tiros. Stephens defiende la decisión argumentando que, ante un ataque a un ser humano, no hay otra opción: "No podemos permitir que eso vuelva a pasar". Esta medida, aunque drástica, subraya la prioridad de la seguridad pública ante la imprevisibilidad de la vida silvestre.

El caso de Vernon Patton nos recuerda la fragilidad de la existencia y la fuerza impredecible de la naturaleza. Un encuentro fortuito, un instante de terror, y la vida de un hombre y su familia cambian para siempre. La comunidad de Arkansas se une en el dolor y la incertidumbre, mientras espera respuestas que quizás nunca lleguen. El eco de esta tragedia resonará por mucho tiempo, un recordatorio de la convivencia, a veces compleja y peligrosa, entre el ser humano y el mundo salvaje. La historia de Vernon Patton es, en definitiva, una historia de dolor, de valentía y de la búsqueda de respuestas en un mundo donde la naturaleza, a veces, nos recuerda su poderío.

Fuente: El Heraldo de México