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12 de septiembre de 2025 a las 21:35

Menos tráfico, ¿más carriles? La paradoja de López Mateos

La sombra de la congestión vial se cierne pesada sobre López Mateos, una arteria vital de la ciudad que late al ritmo frenético del tráfico. La propuesta de un segundo piso, cual espejismo en el desierto de la movilidad, ha reavivado el debate. Expertos, empresarios y ciudadanos, voces diversas en un coro unísono, coinciden: no es la solución. Más carriles, ¿más fluidez? La historia, y la ciencia del urbanismo, nos dicen lo contrario. El fantasma de la demanda inducida acecha, la paradoja de Downs-Thomson susurra al oído que más espacio, paradójicamente, puede engendrar más congestión.

El investigador Mario Córdova España, del Instituto de Movilidad Urbana Sustentable, lo advierte con la autoridad que le confiere la experiencia: esta receta ya ha fracasado en otras latitudes, incluso en la megalópolis que es la Ciudad de México. Añadir pisos a una vialidad saturada es como intentar apagar un incendio con gasolina, una solución superficial que ignora la raíz del problema.

El sector empresarial, con la pragmática visión que lo caracteriza, también rechaza la idea. Antonio Lancaster Jones, presidente del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, pone el dedo en la llaga: la clave está en optimizar el Macrolibramiento, especialmente para el transporte de carga, ese gigante que se mueve con lentitud exasperante y contribuye significativamente a la congestión. La iniciativa privada, con una propuesta concreta sobre la mesa, se muestra dispuesta a invertir 30 millones de pesos para conectar las vías férreas de Guadalajara con Aguascalientes, una medida que podría reducir hasta en un 40% el ingreso de camiones de carga a la ciudad. Una apuesta por la intermodalidad, por el transporte ferroviario como aliado estratégico para descongestionar las carreteras.

Córdova España, con la mirada puesta en el sur de López Mateos, propone alternativas: no se trata solo de construir, sino de repensar la movilidad. Fomentar el uso del transporte público, incentivar la bicicleta, crear espacios peatonales, replantear la distribución del espacio urbano. Un enfoque holístico, que considere la compleja interacción de los diferentes actores en el ecosistema vial. No se puede ignorar la inmensa cantidad de vehículos, particulares y de carga, que transitan por esta arteria día tras día.

La voz de la academia también se alza, reclamando un lugar en las mesas de diálogo. Los académicos, con su conocimiento especializado, piden ser escuchados, que sus investigaciones y análisis informen las decisiones. Plantean incluso la posibilidad de frenar el desarrollo habitacional en la zona, una medida drástica pero que invita a la reflexión sobre el modelo de crecimiento urbano que se está implementando. ¿Es sostenible seguir expandiendo la ciudad sin una planificación integral de la movilidad?

El consenso es claro: la solución no está en el aire, en un segundo piso que solo postergaría el problema. La descongestión del sur de la ciudad requiere un enfoque más sostenible, inversión inteligente y, sobre todo, voluntad política. La demanda inducida, ese fenómeno que convierte la ampliación de carriles en un remedio peor que la enfermedad, debe ser un recordatorio constante de que las soluciones simplistas rara vez son efectivas. Se necesita una visión a largo plazo, una estrategia integral que aborde la movilidad desde una perspectiva multifacética, considerando no solo la infraestructura, sino también los hábitos de los ciudadanos, la planificación urbana y el impacto ambiental. El futuro de López Mateos, y de la ciudad en su conjunto, depende de ello.

Fuente: El Heraldo de México