El recuerdo de Silvia Pinal, la última Diva del Cine Mexicano, continúa brillando con la misma intensidad que su legendaria carrera. A pesar de su partida física el pasado 28 de noviembre, su legado artístico y su impacto en la cultura popular mexicana siguen más vivos que nunca. Ayer, en lo que hubiera sido su 95 cumpleaños, amigos cercanos y figuras del espectáculo se reunieron en una emotiva misa en la Ciudad de México para honrar su memoria y celebrar la vida de una mujer que trascendió épocas y generaciones.

La capilla, bañada por la luz tenue de las velas y el aroma a incienso, se convirtió en el escenario perfecto para recordar a la icónica actriz, productora, cantante y hasta política. Rostros conocidos como Norma Lazareno, Pocholo, Yolanda Andrade y la fiel Efigenia, su asistente personal durante años, compartieron anécdotas y recuerdos que pintaron un retrato vívido de la personalidad vibrante y la inmensa generosidad de Doña Silvia.

Norma Lazareno, con la voz entrecortada por la emoción, relató su última conversación con la Diva, un encuentro que atesora como un preciado regalo. Fue durante la celebración del cumpleaños de Lazareno, apenas unos días antes de la hospitalización de Pinal. "Tengo esa foto, ese recuerdo memorable de que estuvo conmigo en mi cumpleaños", confesó la actriz, evidenciando el profundo cariño y admiración que sentía por su amiga.

La presencia de Efigenia Ramos, confidente y testigo privilegiada de la vida de Pinal, aportó una dimensión más íntima al homenaje. Ante la insistencia de los reporteros sobre los detalles de la herencia de la actriz y los rumores sobre un seguro de vida cobrado por Michelle y Stephanie Salas, Efigenia optó por la prudencia y la discreción. "Se dicen muchas cosas", comentó, aludiendo a la complejidad del proceso sucesorio tras la renuncia de la albacea. Sin embargo, aclaró que se trataba de "un ahorro" y no de un seguro de vida, resaltando la existencia de un heredero designado por la propia Silvia.

Más allá de los asuntos legales y las especulaciones, la misa en honor a Silvia Pinal se convirtió en un testimonio del cariño y el respeto que la Diva inspiró en quienes la conocieron. Sus contribuciones al mundo del espectáculo, desde sus inolvidables películas de la Época de Oro del Cine Mexicano hasta la creación de programas televisivos como “Mujer, casos de la vida real”, la han consolidado como una figura irremplazable en la historia de la cultura mexicana. Su nombre, sinónimo de talento, belleza y perseverancia, seguirá resonando en los corazones de sus admiradores y en las pantallas que la vieron brillar durante décadas.

La ausencia física de Silvia Pinal se siente, sin duda. Pero su legado, impregnado en la memoria colectiva, se mantiene vigente. Su 95 cumpleaños, aunque celebrado en su ausencia, se convirtió en una oportunidad para recordar su grandeza y para agradecer su invaluable aporte al arte y a la sociedad mexicana. Una diva que, a pesar del paso del tiempo, continúa iluminando el firmamento artístico de nuestro país.