12 de septiembre de 2025 a las 03:45
El fin de la música según The Cure
La música, un ente en constante transformación, se debate entre la vida y la muerte, resurgiendo una y otra vez con nuevas formas, con nuevos ropajes que seducen o desconciertan a las distintas generaciones. Lol Tolhurst, percusionista y miembro fundador de la icónica banda The Cure, lo atestigua. Durante su visita a Querétaro para el Hay Festival, donde presentó su libro "Gótico", Tolhurst compartió su perspectiva sobre la evolución musical y la inherente conexión humana con ella. "La música muere, sí, pero renace constantemente", afirma, reflejando una visión casi espiritual de este arte. Y es que, en su recorrido por el mundo, ha encontrado una constante: la música une, traspasa fronteras, culturas e idiomas, creando un lenguaje universal que todos comprendemos.
En "Gótico", Tolhurst no solo explora la escena musical que le vio nacer, marcada por el contexto social inglés de finales de los 70, sino que también abraza las propuestas contemporáneas con una mente abierta. Critica la postura nostálgica de quienes se aferran al pasado musical, incapaces de apreciar la riqueza del presente. "El problema es la cerrazón", puntualiza. Para mantenerse al día, recurre a la fuente más fresca: su hijo de 33 años, músico también, quien le guía por los nuevos sonidos y tendencias. La música, en un ciclo perpetuo, muere y renace, adaptándose a los tiempos, a las sensibilidades, a las nuevas realidades.
Tolhurst, con la experiencia de años en la escena musical, confía en la permanencia del gótico, un género que, según su amiga la doctora Tracy Fage, experta en la materia, resurge como respuesta a las crisis. No solo en la música, sino en todas las expresiones artísticas. El próximo estreno de una nueva versión de Frankenstein, dirigida por un reconocido cineasta, es una muestra de la vigencia de esta estética, una prueba de su capacidad para renacer y cautivar a nuevas audiencias.
En sus reflexiones, Tolhurst recuerda los años de The Cure, y cómo su propuesta, aparentemente opuesta a la de otras bandas contemporáneas como The Clash, era, en realidad, una de las pocas opciones disponibles en aquel entonces. En un panorama musical limitado, el punk y el gótico emergieron como dos caras de una misma moneda, dos formas de canalizar la energía de la época. Mientras el punk, con su nihilismo y su espíritu revolucionario, buscaba derribar las estructuras establecidas, el gótico exploraba la dualidad entre la oscuridad y la belleza, la vulnerabilidad y la fuerza, expresando una gama más amplia de emociones.
Para Tolhurst, la vida, como la música, es un constante juego de contrastes. La alegría del vuelo se entremezcla con el miedo a la caída, la luz y la oscuridad coexisten en un equilibrio precario. Esta dualidad, inherente a la condición humana, es el corazón del gótico, una estética que encuentra belleza en la tristeza, luz en la oscuridad. Y aunque The Cure compartió raíces con bandas como Bauhaus y Joy Division, su trayectoria, como la de cualquier ser vivo, tomó un rumbo propio, único e irrepetible, dejando una huella imborrable en la historia de la música.
Fuente: El Heraldo de México