12 de septiembre de 2025 a las 09:35
Dile Adiós a los Refrescos
El azucarado fantasma que acecha la salud de México finalmente enfrenta un contrincante de peso: un plan integral de cuatro estrategias que busca no solo endulzar el panorama, sino revertir la amarga realidad de las enfermedades crónicas. El Secretario de Salud, David Kershenobich, ha destapado la botella de las soluciones, con un enfoque que va más allá de simples parches y se adentra en las raíces del problema. No se trata solo de decirle a la gente "come sano y haz ejercicio", sino de tejer una red de apoyo que facilite la adopción de estilos de vida saludables. Imaginen videojuegos que, en lugar de fomentar el sedentarismo, enseñen a los niños la importancia de la nutrición y la actividad física. Una generación que crece jugando a ser saludable, en lugar de luchar contra la tentación constante del azúcar.
La modernización del primer nivel de atención es otro pilar fundamental. No podemos esperar resultados diferentes haciendo lo mismo. Es necesario fortalecer la atención primaria, dotándola de las herramientas necesarias para detectar y atender tempranamente estas enfermedades, evitando que se conviertan en gigantes difíciles de controlar. La Inteligencia Artificial se presenta como una aliada poderosa en este campo, permitiendo diagnósticos más precisos y un seguimiento personalizado de los pacientes, como un guardián digital que vela por nuestra salud.
Y hablando de gigantes, la atención de alta especialidad también recibirá un impulso. Porque no basta con prevenir, también hay que atender a quienes ya padecen estas enfermedades, brindándoles tratamientos innovadores que les permitan recuperar su calidad de vida. Nuevos medicamentos para la diabetes, la insuficiencia cardíaca y el daño renal se perfilan en el horizonte, prometiendo un futuro más esperanzador para quienes enfrentan estas batallas.
El impacto económico de estas enfermedades no puede ser ignorado. Eduardo Clark, subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, ha puesto sobre la mesa las cifras: 180 mil millones de pesos anuales destinados a atender enfermedades relacionadas con el consumo de bebidas azucaradas. Una cifra que duele, que nos recuerda la urgencia de actuar. El nuevo gravamen, aunque pueda generar polémica, se presenta como una herramienta para financiar estas estrategias y, al mismo tiempo, desincentivar el consumo de estos productos.
"Menos enfermedad y más salud", resume Alejandro Svarch, director del IMSS-Bienestar, en una frase que encapsula la esencia de este ambicioso plan. Un reto no solo para el sector salud, sino también para la industria de bebidas, que deberá replantear sus estrategias y ofrecer alternativas más saludables a la población.
Martí Batres, director general del ISSSTE, pone el dedo en la llaga al señalar la vulnerabilidad de la población adulta mayor. Con un alto porcentaje de derechohabientes mayores de 40 y 60 años, la diabetes y la hipertensión se convierten en una amenaza latente. Este plan integral, con su enfoque multidisciplinario, busca proteger a este sector de la población y brindarles una mejor calidad de vida.
En definitiva, el gobierno mexicano ha decidido plantarle cara al dulce veneno que amenaza la salud de su población. Un plan ambicioso, que requiere la participación de todos para alcanzar el éxito. Desde las familias, educando a sus hijos en hábitos saludables, hasta la industria, ofreciendo productos que no comprometan nuestra salud. El camino no será fácil, pero el objetivo es claro: un México más sano, donde el azúcar deje de ser un enemigo silencioso y se convierta en un aliado del bienestar.
Fuente: El Heraldo de México