Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Arte

12 de septiembre de 2025 a las 12:40

Celebra 50 años de Gerda Gruber

Adentrarse en el universo creativo de Gerda Gruber es como sumergirse en un diálogo silencioso con la naturaleza, una conversación tejida con barro, porcelana y el susurro del tiempo. El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) nos brinda la excepcional oportunidad de ser partícipes de esta experiencia a través de "Entre verde y agua", una retrospectiva que reúne más de cinco décadas de creación artística. No se trata simplemente de 113 esculturas y 30 dibujos; son 143 ventanas a un mundo donde la materia orgánica cobra vida, donde el henequén, el algodón y el bambú se entrelazan con la memoria y la tierra.

La muestra, que posteriormente se trasladará al Museo de Arte Moderno (MAM) de la Ciudad de México en marzo de 2026, es un testimonio de la profunda conexión de Gruber con México, un país que la acogió y se convirtió en el lienzo de su expresión. Aquí, en la intimidad de su taller, alejada del clamor de las modas pasajeras, la artista ha forjado una obra singular, nutrida por la fuerza vital del agua y la exuberancia del verde que la rodea.

Daniela Pérez, curadora de la exposición, describe a Gruber como una artista que ha privilegiado el retiro creativo a la exposición pública, una elección que se refleja en la autenticidad y la profundidad de su trabajo. "Sus obras son formas de pensamiento", afirma la artista en una entrevista exclusiva. No son meros objetos, sino apuntes de un diálogo interno, una escritura personal que se plasma en la materia. Cada pieza es un fragmento de un proceso en constante evolución, una búsqueda incesante que se renueva con cada cambio del mundo.

"Entre verde y agua" no pretende ser una representación literal de la naturaleza, sino una evocación abstracta de su esencia. El verde simboliza la vitalidad vegetal, mientras que el agua representa la fuerza que la sustenta. Ambos elementos, aunque no estén presentes de forma explícita, impregnan la totalidad de la muestra, creando una atmósfera de serenidad y contemplación.

La selección de obras, provenientes del acervo personal de la artista y de colecciones privadas, se centra en su trayectoria en México, trazando un recorrido por su influencia en la escena artística de ciudades como Monterrey, Ciudad de México y Mérida. Se ha optado por dejar fuera su etapa formativa en Europa para concentrarse en su madurez creativa en tierras mexicanas.

La exposición nos invita a redescubrir el valor de lo artesanal, de la creación hecha con las manos, en un mundo dominado por la tecnología. Las obras de Gruber, silenciosas y a la vez elocuentes, nos interpelan desde la sencillez de la materia, invitándonos a un encuentro íntimo con la naturaleza y con nosotros mismos. No se trata de una postura política, sino de una forma de vida, una manera de entender el arte como una extensión del propio ser, en armonía con el entorno. La retrospectiva no solo hace justicia a la trayectoria de una artista excepcional, sino que también nos recuerda la importancia de la conexión con la naturaleza y la belleza inherente a la simplicidad. Es, sin duda, una cita imperdible para quienes buscan una experiencia estética profunda y conmovedora.

Fuente: El Heraldo de México