12 de septiembre de 2025 a las 22:20
Brenda acusada de homicidio tras liposucción fatal
La tragedia ha teñido de luto la búsqueda de belleza de una joven española. Laura Sofía Amaya, de tan solo 23 años, viajó desde Málaga a Bogotá con la ilusión de un cambio físico y el anhelo de reunirse con su hijo, un pequeño que comenzaría una nueva vida a su lado. Sin embargo, este sueño se truncó en un salón de belleza en la localidad de Antonio Nariño, al sur de la capital colombiana. Allí, en lugar de encontrar la transformación deseada, encontró la muerte.
El procedimiento, una liposucción, fue realizado por Brenda Gissele Celeita Angarita, una estilista que, según las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, carecía por completo de la formación médica y la certificación necesarias para llevar a cabo una intervención de este tipo. Un acto de irresponsabilidad que ha costado la vida a una joven llena de esperanzas y ha dejado a un niño sin madre.
La Fiscalía ha reconstruido los hechos: durante la cirugía, Sofía sufrió una convulsión. La reacción inmediata fue trasladarla a un centro de asistencia, pero ya era demasiado tarde. Un paro cardíaco puso fin a su vida, dejando un vacío irreparable en su familia y amigos. El pequeño, que esperaba con ansias el reencuentro con su madre, ahora queda al cuidado de su bisabuela en Soacha, un giro drástico del destino que conmueve profundamente.
La presunta culpable, Brenda Gissele Celeita Angarita, ha desaparecido sin dejar rastro. Sus redes sociales, borradas. Un intento de escapar de la justicia que solo agrava su situación. Las autoridades intensifican su búsqueda, con la firme intención de llevarla ante los tribunales para que responda por el delito de homicidio culposo.
Este caso pone en evidencia los peligros de someterse a procedimientos estéticos en lugares no habilitados y con personal sin la cualificación adecuada. La belleza no debe costar la vida. Es fundamental informarse, investigar y asegurarse de que los profesionales que nos atienden cuentan con la experiencia y las certificaciones necesarias. La salud es un tesoro invaluable, y no podemos ponerla en manos de la improvisación y la irresponsabilidad.
El testimonio de Gabriela Durate, amiga de Laura Sofía, añade un matiz aún más desgarrador a esta tragedia. Describe la ilusión de la joven por comenzar una nueva etapa junto a su hijo, un proyecto de vida truncado por la negligencia. Sus palabras nos recuerdan la importancia de tomar decisiones informadas y responsables en materia de salud.
La desaparición de Brenda Gissele Celeita Angarita no solo dificulta el proceso judicial, sino que también impide que la familia de Laura Sofía encuentre respuestas y cierre este doloroso capítulo. La justicia colombiana tiene la obligación de encontrarla y hacer que responda por sus actos. Este caso debe servir como un llamado de atención a la sociedad sobre la necesidad de regular y controlar la práctica de procedimientos estéticos, para evitar que tragedias como esta se repitan. La belleza no puede ser sinónimo de riesgo, y la vida, el bien más preciado, debe ser protegida por encima de todo.
Fuente: El Heraldo de México