12 de septiembre de 2025 a las 15:40
Abuelita heroína olvida su acto de valentía
La confusión y la angustia se entrelazan en la historia de Alicia Matías Teodoro, la abuela que con un acto de amor inconmensurable protegió a su nieta del infierno desatado por la explosión de una pipa en el puente de La Concordia. Mientras las autoridades la daban por fallecida, su familia clama que Alicia aún respira, aferrada a la vida con la misma tenacidad que demostró al cubrir a su nieta con su propio cuerpo. Un acto heroico que, trágicamente, le ha arrebatado sus recuerdos.
La imagen de Alicia, con la mirada perdida y el cuerpo quebrado, se ha convertido en un símbolo de la tragedia que enlutó a Iztapalapa el pasado 10 de septiembre. La explosión, que resonó como un trueno en la zona de Santa Martha, dejó una estela de destrucción y dolor, marcando para siempre a quienes la presenciaron. Y en medio del caos, la historia de Alicia emerge como un faro de esperanza y desesperación. Esperanza, porque aún vive; desesperación, porque la vida pende de un hilo, de la generosidad de diez donantes de sangre que puedan insuflarle la fuerza necesaria para seguir luchando.
La Secretaría de Salud de la Ciudad de México, en su más reciente informe, la incluyó en la lista de víctimas fatales. Un error, un malentendido, una confusión en la identificación… Las razones aún no están claras, pero lo cierto es que la noticia cayó como un mazazo sobre su familia, que ahora se debate entre el alivio de saberla viva y la angustia de verla en un estado tan delicado. “No es un número, es una madre, una abuela, una guerrera”, claman sus hijos, quienes no se dan por vencidos y recorren hospitales, redes sociales y medios de comunicación con la esperanza de encontrar a esos diez ángeles de la guarda que puedan donar la sangre que Alicia necesita.
La amnesia que padece, consecuencia del brutal impacto de la explosión, añade otra capa de complejidad a su situación. Alicia no recuerda el incidente, no recuerda haber salvado a su nieta, no recuerda los rostros angustiados de sus seres queridos. Su mente, un lienzo en blanco, es un recordatorio constante del trauma que ha sufrido. La familia se aferra a la esperanza de que, con el tiempo y el tratamiento adecuado, pueda recuperar sus recuerdos, pueda volver a ser la mujer fuerte y amorosa que siempre ha sido.
La solidaridad de la comunidad se ha convertido en un bálsamo en medio de la tormenta. Vecinos, amigos y desconocidos se han movilizado para ayudar a la familia de Alicia. Se organizan colectas, se difunde la información sobre la necesidad de donantes de sangre, se ofrecen oraciones y palabras de aliento. Una muestra de que, incluso en los momentos más oscuros, la humanidad es capaz de brillar con luz propia.
El caso de Alicia Matías Teodoro nos recuerda la fragilidad de la vida, la importancia de la solidaridad y el poder del amor. Un amor que la llevó a sacrificarse por su nieta, un amor que ahora la mantiene con vida, un amor que necesita de la ayuda de todos para seguir floreciendo. Si puedes donar sangre, si conoces a alguien que pueda hacerlo, no dudes en contactarte con la familia. Cada gota cuenta, cada donación es una oportunidad para que Alicia pueda escribir un nuevo capítulo en su historia, un capítulo lleno de esperanza y de recuerdos recuperados.
Fuente: El Heraldo de México