11 de septiembre de 2025 a las 23:10
Vive la pasión del Charro Fest 2025
La emoción aún resuena en el aire tras la culminación del 2º Charro Fest, una fiesta de tradición y destreza que superó todas las expectativas. Desde las primeras horas del día, con la meticulosa preparación de los equipos y el vibrante ambiente del coleadero VIP, se respiraba la pasión por la charrería. Las escaramuzas, con la gracia y precisión de Coronelas Encanto Nacional y Charras de América, pintaron el lienzo de color y movimiento, mientras que las charreadas vibrantes mantuvieron a la audiencia al filo de sus asientos. El imponente desfile marcha dragona, acompañado por los honores a la bandera a cargo de la caballería del ejército mexicano, marcó el inicio oficial del evento, una verdadera muestra de respeto y orgullo por nuestras raíces. La presencia del general de brigada Vinicio Perea Alcaraz, representando al secretario de la Defensa, añadió solemnidad a este acto. La oración del charro, un momento cargado de simbolismo, recordó a todos la profunda conexión entre la charrería y la cultura mexicana, una tradición que se transmite de generación en generación. Incluso la presencia de las catrinas, junto a los charros, representó un nexo entre la vida y la muerte, tan arraigado en nuestra cultura.
La charrería, mucho más que un deporte, es un arte que se forjó en las haciendas, en el trabajo diario con el ganado. Este festival nos brindó la oportunidad de presenciar la maestría de cinco de los mejores equipos del país: Rancho El Pitayo 8a, Rancho Las Amazonas, Asociación Nacional de Charros, Rancho El Soyate y Tamaulipecos, quienes compitieron en las nueve suertes charras, cada una una oda a la valentía y la precisión.
Desde la elegante cala de caballo, donde el binomio jinete-equino se funde en una danza de movimientos casi imposibles, hasta el paso de la muerte, una prueba suprema de audacia donde el charro salta de su caballo a una yegua desbocada, cada suerte nos mantuvo sin aliento. Los piales en el lienzo, una muestra de dominio de la reata y control del caballo; las colas en el lienzo, donde la fuerza y la técnica del coleadero se combinan para derribar al toro; el jineteo de novillo y de yegua, pruebas de resistencia y equilibrio frente a la fuerza bruta del animal; y las manganas a pie y a caballo, donde la precisión del charro con la reata roza la magia, conforman un espectáculo único que nos recuerda la riqueza de nuestra cultura.
Pero la fiesta no se limitó a la charrería. La música de Héctor Gamaliel y Yahir, acompañados por la potencia del mariachi, llenó el aire de alegría y sentimiento. El "Jarabe Tapatío largo", con su ritmo contagioso y colorido, añadió un toque de arte y tradición a la jornada, que culminó con una animada convivencia al son del mariachi, creando recuerdos imborrables para todos los asistentes.
Luis Castillo, director del Charro Fest, expresó su satisfacción por el éxito de esta segunda edición, destacando el compromiso por superar la ya exitosa primera edición y consolidar este evento como un referente de la charrería nacional. Sus palabras reflejan la pasión y dedicación que hay detrás de este festival. Castillo no solo resaltó el alto rendimiento atlético que exige la charrería, sino también el cuidado y la selección de los caballos, buscando siempre la mejor "sangre". Además, hizo hincapié en el carácter familiar del evento, ideal para disfrutar de la emocionante conexión entre jinete y caballo, una experiencia que nos conecta con la esencia de nuestra cultura.
René Gámez, presidente de la Asociación Nacional de Charros, destacó la importancia del Charro Fest para la difusión de nuestro deporte nacional, recalcando la profunda conexión entre el charro y su caballo. Invitó a aquellos que aún no consideran la charrería como un deporte a acercarse a las asociaciones charras, a conocer de cerca la disciplina, la dedicación y la pasión que la rodea. Incluso invitó a participar en las escuelas de charrería, una oportunidad única para experimentar la tradición desde adentro.
El 2º Charro Fest no solo fue un evento deportivo, sino una verdadera celebración de la cultura mexicana, una invitación a conocer más sobre nuestras raíces y a enamorarnos de la charrería, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Una experiencia que trasciende generaciones y nos recuerda la grandeza de nuestra identidad. La invitación queda abierta para la próxima edición, una cita que, sin duda, volverá a llenarnos de orgullo y emoción.
Fuente: El Heraldo de México