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11 de septiembre de 2025 a las 23:45

Seguridad con el Gas LP en la Ciudad: Revisión Urgente

La reciente explosión en el puente de La Concordia, Iztapalapa, ha reabierto el debate sobre la seguridad en el manejo del gas LP en la Ciudad de México. Juan Manuel Pérez Cova, Director General del Heroico Cuerpo de Bomberos, ha hecho un llamado urgente a la revisión exhaustiva de los protocolos de almacenamiento, traslado y despacho de este combustible. Sus palabras, cargadas de preocupación, no son para menos: este incidente, calificado por él mismo como el más catastrófico en la historia reciente de la capital, nos obliga a reflexionar sobre la vulnerabilidad que enfrentamos como ciudadanos ante el manejo inadecuado de estas sustancias.

El gas LP, junto con el gas natural, encabeza la lista de emergencias atendidas por el Cuerpo de Bomberos a lo largo del año. Si bien las fugas y pequeños incendios son recurrentes, la magnitud de la explosión en Iztapalapa marca un punto de inflexión. Las lamentables consecuencias, que incluyen pérdidas materiales y –lo más grave– daños a la integridad física de las personas, exigen una respuesta inmediata y contundente por parte de las autoridades.

No se trata simplemente de una revisión superficial, sino de una profunda reingeniería de los procesos. Desde la manera en que se almacena el gas en las plantas, pasando por las condiciones de seguridad de los camiones que lo transportan, hasta la capacitación del personal que lo manipula en los puntos de distribución, todo debe ser escrupulosamente revisado y, de ser necesario, modificado. La seguridad de los ciudadanos no puede depender de la buena voluntad o la casualidad.

En este contexto, la rápida respuesta del Cuerpo de Bomberos en la emergencia de Iztapalapa merece un reconocimiento especial. Llegar a la zona del siniestro en tan solo 12 minutos, en una ciudad tan compleja como la nuestra, habla de la eficiencia y la dedicación de estos hombres y mujeres que arriesgan sus vidas a diario. Sin embargo, la colaboración ciudadana también jugó un papel fundamental: la conciencia de los conductores al ceder el paso a los vehículos de emergencia fue crucial para agilizar la llegada de los bomberos. Este acto de solidaridad nos recuerda que la seguridad es una responsabilidad compartida.

Pérez Cova destacó la movilización inmediata de personal y equipo de las cuatro estaciones más cercanas al lugar del incidente. La prioridad, en esos momentos críticos, fue atender los incendios y –sobre todo– verificar la presencia de personas atrapadas en vehículos. La imagen de los bomberos trabajando incansablemente entre las llamas, con el objetivo de salvar vidas, es un testimonio de su valentía y compromiso.

La tragedia de Iztapalapa debe servir como un llamado de atención. No podemos permitir que se repitan incidentes de esta magnitud. Es urgente implementar medidas preventivas más rigurosas, reforzar la supervisión y, sobre todo, promover una cultura de la seguridad en el manejo del gas LP. La vida de los ciudadanos está en juego.

Fuente: El Heraldo de México