
11 de septiembre de 2025 a las 07:35
Primeros auxilios para quemaduras: Actúa rápido
El fuego, ese elemento tan fascinante como peligroso, puede dejarnos una huella imborrable en la piel: las quemaduras. Desde el simple roce con una sartén caliente hasta accidentes más severos, estas lesiones requieren nuestra atención y un manejo adecuado para evitar complicaciones. A menudo, ante la desesperación, cometemos errores que pueden agravar la situación, como aplicar agua fría directamente sobre la quemadura. Este acto reflejo, aunque bienintencionado, puede dañar aún más los tejidos afectados. En su lugar, los expertos recomiendan enfriar la zona con agua fresca, a temperatura ambiente, para aliviar el dolor y detener el proceso de quemadura.
Imaginen la escena: un niño jugando en la cocina toca accidentalmente una olla hirviendo. El grito de dolor resuena en la casa, y los padres, angustiados, corren a auxiliarlo. En ese momento crucial, la calma y el conocimiento son fundamentales. No se debe arrancar la ropa que esté pegada a la quemadura, ya que esto podría desprender la piel y aumentar el riesgo de infección. En cambio, se debe cubrir la zona con una gasa o un paño limpio, sin apretar, y buscar atención médica de inmediato, especialmente si la quemadura es extensa, profunda o se encuentra en zonas delicadas como la cara, las manos, los pies o los genitales.
Las quemaduras graves, aquellas que presentan un aspecto carbonizado, manchas blancas o negras, o que se hinchan rápidamente, requieren una actuación aún más rápida y precisa. En estos casos, cada segundo cuenta. Llamar a los servicios de emergencia es lo primero que debemos hacer. Mientras llega la ayuda, es vital asegurar que la persona ya no esté en contacto con la fuente de calor y verificar si respira con normalidad. Si es posible, elevar la zona afectada por encima del corazón puede ayudar a reducir la inflamación.
Es importante recordar que las quemaduras no solo son causadas por el fuego. La exposición prolongada al sol, el contacto con productos químicos o incluso una descarga eléctrica también pueden provocar lesiones en la piel. Por ello, es fundamental tomar precauciones en todas estas situaciones. Usar protector solar, manipular sustancias químicas con guantes y tener cuidado con los aparatos eléctricos son medidas sencillas que pueden evitar quemaduras y sus consecuencias.
En el caso de quemaduras leves, como las que se producen al tocar una superficie caliente o por una breve exposición al sol, podemos aplicar algunos remedios caseros para aliviar el dolor y promover la cicatrización. El aloe vera, conocido por sus propiedades calmantes y regeneradoras, es un excelente aliado en estos casos. También podemos utilizar compresas frías o aplicar una crema hidratante específica para quemaduras.
Sin embargo, es importante destacar que estos remedios caseros son solo para quemaduras leves. Si la quemadura es grave o si presenta ampollas, debemos acudir al médico lo antes posible. No debemos romper las ampollas, ya que esto aumenta el riesgo de infección. El médico evaluará la gravedad de la quemadura y nos indicará el tratamiento más adecuado.
En definitiva, las quemaduras son lesiones que requieren nuestra atención y cuidado. Conocer las medidas adecuadas para cada tipo de quemadura puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y sin complicaciones y una situación más grave. La prevención, la actuación rápida y el conocimiento son nuestras mejores armas contra el fuego y sus consecuencias.
Fuente: El Heraldo de México