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11 de septiembre de 2025 a las 11:45
Museos INBAL: ¿Cuándo abren?
La tensión continúa en el ámbito cultural mexicano. Por segundo día consecutivo, más de una docena de recintos artísticos, entre museos, teatros y centros de trabajo pertenecientes al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), permanecen cerrados al público. La razón: un desacuerdo entre los trabajadores sindicalizados y las autoridades culturales que, hasta el momento, no ha encontrado una vía de solución a pesar de los intentos de diálogo.
El impacto de esta paralización es innegable. Eventos de gran envergadura, como la presentación del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en el Palacio de Bellas Artes y las actividades del 10º Festival Internacional de Danza Cuerpo al Descubierto en el Teatro de la Danza “Guillermina Bravo”, se han visto obligados a cancelar sus funciones, dejando a un público expectante con la frustración de una experiencia cultural truncada. Esta situación no solo afecta a los espectadores, sino que también proyecta una imagen de inestabilidad en el panorama artístico nacional.
En el centro de la controversia se encuentra la forma en que se entregan las prendas de trabajo. Mientras que las autoridades proponen la entrega física de los uniformes, los trabajadores sindicalizados exigen la implementación de un sistema de tarjetas que les permita adquirir las prendas directamente. Este punto de discordia, aparentemente sencillo, se ha convertido en el detonante de un conflicto que mantiene cerradas las puertas de importantes espacios culturales como el Teatro Orientación, los museos Nacional de Arte, de Arte Moderno, Nacional de la Estampa, Mural Diego Rivera, Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Nacional de San Carlos, Ex Teresa Arte Actual, Laboratorio Arte Alameda, el CENCROPAM, la Torre Prisma y las oficinas del Centro Cultural del Bosque.
Christian Cortés, secretario general de la sección D-III-22 INBAL, ha manifestado la disposición del sindicato a encontrar una solución alternativa, lamentando la falta de comunicación por parte de las autoridades y la inmovilidad en las posturas. A pesar de las reuniones, no se ha logrado ningún avance significativo, lo que prolonga la incertidumbre y la afectación al sector cultural.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha hecho un llamado al diálogo, señalando que el presupuesto destinado a la adquisición de uniformes ya ha sido utilizado y que, por lo tanto, la sustitución por tarjetas no sería viable. Sin embargo, ha abierto la posibilidad de explorar otras opciones a través de la conversación entre las partes.
Por su parte, el INBAL ha reiterado que la solicitud de tarjetas electrónicas no está contemplada en la normatividad vigente, y ha asegurado que la ropa que se entregará cumple con los estándares de calidad, seguridad y comodidad para los trabajadores. No obstante, los sindicalizados argumentan que el conflicto va más allá de la forma de entrega, incluyendo el adeudo de las prendas correspondientes a 2024, cuya fecha de entrega se venció en agosto del año pasado, y las de este año. La implementación de las tarjetas, según Cortés, permitiría a cerca de dos mil trabajadores adquirir la ropa que necesitan, desde trajes y camisas hasta corbatas y zapatos.
En las negociaciones han participado representantes del INBAL, como Víctor Mejía, subdirector de Administración; Luis Méndez Sánchez, director de Asuntos Laborales; y Guadalupe Moreno Saldaña, titular de Administración y Finanzas de la Secretaría de Cultura. El sindicato ha intentado hacer llegar un documento tanto a Palacio Nacional como a las oficinas centrales de la Secretaría de Cultura, donde despacha Claudia Curiel de Icaza, buscando una intervención que destrabe el conflicto.
La situación actual plantea un desafío para el sector cultural mexicano. La prolongación del cierre de estos importantes recintos no solo representa una pérdida para el público y los artistas, sino que también pone de manifiesto la necesidad de encontrar mecanismos de diálogo y negociación más efectivos que permitan resolver las diferencias y garantizar el acceso a la cultura para todos. La pregunta que queda en el aire es: ¿cuándo se privilegiará el diálogo por encima de la inmovilidad, permitiendo la reapertura de estos espacios vitales para la vida cultural del país?
Fuente: El Heraldo de México