
11 de septiembre de 2025 a las 16:20
Impactante chat: Cirujano se inspiró para amputarse
La historia de Neil Hopper es un perturbador descenso a la locura, una espiral de engaños y deseos oscuros ocultos tras la fachada de un respetado cirujano. Lo que comenzó como una supuesta tragedia, una sepsis que amenazaba sus piernas, se transformó en una macabra puesta en escena para satisfacer un fetiche extremo y, de paso, obtener una jugosa suma de dinero. La imagen del profesional de la salud, querido y admirado en el Reino Unido, se desmorona al descubrirse la verdad detrás de su autoamputación: un pacto siniestro con Marius Gustavson, el macabro artífice de "The Eunuch Maker", un sitio web de horror donde se exhibía la mutilación de sus clientes.
Imaginen la frialdad de Hopper, planeando meticulosamente su propio acto de automutilación, intercambiando cerca de 1500 mensajes con Gustavson, buscando consejos y guía en este perturbador ritual. Mensajes que ahora son la prueba irrefutable de su engaño, un testimonio escalofriante de la perversión que se escondía tras la máscara de víctima. El uso del hielo seco para llevar a cabo la amputación añade un elemento aún más macabro a la historia, una imagen que cuesta borrar de la mente.
La audacia de Hopper es pasmosa. No solo se infligió a sí mismo un daño irreparable, sino que utilizó su sufrimiento ficticio para estafar a dos aseguradoras médicas, embolsándose la exorbitante suma de 466,000 libras esterlinas. Mientras el público se conmovía con su historia de superación, él disfrutaba de la atención mediática, alimentando su ego y su fetiche en la sombra. Confesó a un amigo su intención de “aprovechar al máximo” la situación para obtener beneficios, una muestra más de su falta de escrúpulos y su insensibilidad.
La contradicción en sus declaraciones es estremecedora. Mientras afirmaba sentir aversión por las herramientas eléctricas utilizadas en las amputaciones que él mismo realizaba, se sometió a un procedimiento similar, buscando la satisfacción de sus deseos más oscuros. ¿Era realmente repugnante para él o formaba parte de una elaborada fantasía? La línea entre la realidad y la ficción se difumina en la mente perturbada de Hopper.
La caída de Gustavson, sentenciado a cadena perpetua por liderar una red de modificación corporal extrema, desencadenó la revelación del oscuro secreto de Hopper. La justicia finalmente alcanzó al cirujano, condenado a dos años y ocho meses de prisión por fraude y posesión de pornografía extrema. Un final que, si bien no repara el daño causado, al menos pone fin a la farsa de este hombre que jugó con la compasión del público y mancilló la profesión médica.
El caso de Neil Hopper nos deja con una profunda inquietud, una reflexión sobre la fragilidad de la verdad y la capacidad del ser humano para el engaño y la autodestrucción. Una historia que nos recuerda que las apariencias engañan y que la oscuridad puede acechar en los lugares más inesperados.
Fuente: El Heraldo de México