11 de septiembre de 2025 a las 21:10
Héroe tras la tragedia: Conoce a Sergio Soriano
En medio del caos y la destrucción, un acto de valentía y humanidad se erigió como un faro de esperanza. La imagen del policía Sergio Soriano Buendía, con una pequeña en brazos y caminando junto a una mujer con graves quemaduras, ha dado la vuelta al país, convirtiéndose en un símbolo de la solidaridad en momentos de tragedia. Esa fotografía, tomada minutos después de la explosión de la pipa en el puente de La Concordia, captura la esencia misma del heroísmo cotidiano, del instinto de proteger al más vulnerable en medio del horror.
La historia detrás de la imagen es aún más conmovedora. Alicia Matías Teodoro, la abuela de la pequeña Jazmín de tan solo dos años, protegió a su nieta con su propio cuerpo, recibiendo el impacto del fuego. Imaginen la escena: el estruendo ensordecedor, el calor abrasador, el pánico generalizado. Y en medio de todo, el amor incondicional de una abuela dispuesta a sacrificarlo todo por su nieta. Un amor que, aunque marcado por el dolor, ha trascendido la tragedia y se ha convertido en un testimonio de la fuerza del espíritu humano.
El testimonio del oficial Soriano Buendía nos permite reconstruir los momentos posteriores a la explosión. Con la voz aún conmovida por el recuerdo, describe cómo la ropa de la abuela y la nieta estaban literalmente fusionadas por el calor. "Las quemaduras fueron totales", relata, con una franqueza que nos golpea en el alma. Su acto, el de cargar a la pequeña Jazmín, no fue un acto aislado de heroísmo, sino parte de una cadena de solidaridad que se extendió por toda la zona. Soriano Buendía destaca la participación de la gente, que "literalmente arrancaba el pasto para tratar de apagar los autos quemados". Una imagen que nos recuerda que, incluso en las situaciones más extremas, la capacidad de ayuda y compasión puede florecer.
La tragedia, que ha dejado un saldo de seis muertos y noventa heridos, ha conmocionado a todo el país. El exceso de velocidad, según las autoridades, fue la causa del accidente que ha dejado una profunda cicatriz en la comunidad de Iztapalapa. Mientras las investigaciones continúan y se busca esclarecer las responsabilidades, la imagen de Sergio Soriano, Alicia y Jazmín permanece grabada en nuestra memoria colectiva.
Más allá de las cifras y los datos fríos, esta historia nos recuerda la importancia de la empatía, la solidaridad y la valentía en momentos de crisis. Nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada instante. La historia de Alicia y Jazmín, protegidas por el amor de una abuela y la valentía de un policía, se convierte en un símbolo de esperanza en medio de la oscuridad, un recordatorio de que incluso en la tragedia, la humanidad puede brillar con fuerza. Es un llamado a la unidad, a la compasión y a la construcción de un mundo donde la solidaridad sea el pilar fundamental de nuestra convivencia. Y es, sin duda, una historia que merece ser contada y recordada.
Fuente: El Heraldo de México