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11 de septiembre de 2025 a las 16:00

Gasolinazo: ¿Duele el nuevo precio?

El incesante goteo del precio de la gasolina, semana tras semana, se ha convertido en una melodía desafinada para el bolsillo de las familias mexicanas. Veintidós semanas sin el respiro del estímulo fiscal al IEPS se traducen en un peso considerable en la economía familiar, especialmente en un contexto donde cada centavo cuenta. Imaginen, 22 semanas consecutivas pagando el 100% del impuesto, una carga que se siente en cada llenado del tanque. Desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la noticia llega como un disco rayado: la gasolina Magna, Premium y el Diésel seguirán sin el anhelado descuento hasta el 12 de septiembre de 2025. Este anuncio, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), deja a los automovilistas a merced del precio completo del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), un golpe directo a la economía familiar.

La SHCP ha detallado el monto del IEPS que los consumidores deberán asumir: 6.45 pesos por litro para la Magna, 5.45 pesos para la Premium y 7.09 pesos para el Diésel. Cifras que, sumadas al precio base del combustible, representan un gasto significativo para quienes dependen de sus vehículos para el trabajo, el transporte familiar o simplemente para desplazarse. A pesar de la ligera baja registrada este 11 de septiembre de 2025, reportada por PETROIntelligence, la ausencia del estímulo fiscal mantiene la presión sobre los consumidores. El gas natural vehicular, por su parte, se mantiene inamovible en su precio, ofreciendo poca alternativa para quienes buscan un respiro en sus gastos de combustible.

La variabilidad del precio de la gasolina a lo largo y ancho del país añade otra capa de complejidad a la situación. Desde la CDMX hasta Jalisco y Nuevo León, el precio del litro de combustible fluctúa, generando una disparidad que impacta de manera desigual a los mexicanos. Mientras algunos pueden absorber con mayor facilidad estas variaciones, para otros, cada aumento, por mínimo que sea, representa un sacrificio.

Ante este panorama, la labor de la Subprocuraduría de Verificación de la Profeco se vuelve crucial. Su programa permanente de verificación en gasolineras de todo el país busca garantizar la transparencia y la correcta aplicación de los precios, protegiendo a los consumidores de posibles abusos. Sin embargo, la vigilancia no alivia la carga económica que representa el precio actual de los combustibles.

La pregunta que resuena en la mente de muchos es ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo tendremos que soportar este peso en nuestros bolsillos? La incertidumbre se suma a la frustración, mientras la gasolina continúa siendo un factor determinante en la economía familiar. Es necesario un diálogo franco y transparente que busque soluciones reales a esta problemática, que afecta a todos los mexicanos, sin importar su lugar de residencia o su nivel socioeconómico. El futuro del precio de la gasolina es incierto, pero una cosa es segura: su impacto en la economía familiar es una realidad palpable que exige atención inmediata.

Fuente: El Heraldo de México