La salida de Facundo de La Casa de los Famosos México ha generado una ola de reacciones, no solo por su eliminación, sino por sus incendiarias declaraciones posteriores. El conductor, lejos de la resignación o la nostalgia, ha optado por la crítica, apuntando directamente al programa y, sorprendentemente, a la audiencia. Su argumento central gira en torno a la atención desmesurada que, a su juicio, recibe el reality show en comparación con temas de verdadera relevancia nacional, como la reciente reforma del Poder Judicial.

Facundo, visiblemente molesto en la entrevista concedida a Marie Claire, cuestionó la aparente apatía de la sociedad ante la transformación del sistema judicial, una reforma que, según expertos, podría comprometer la independencia de los tribunales. "¿Están más clavados en el posicionamiento que en una ley que le quita la autonomía al Poder Judicial?", preguntó con indignación, lamentando que la gente esté "más pensando en qué va a pasar el domingo que qué va a pasar en sus vidas".

Sus palabras, sin embargo, no se limitaron a la crítica social. El exconcursante también dirigió sus dardos hacia los habitantes que aún permanecen en la casa, calificándolos de "babosos" y minimizando sus interacciones como "estupideces". Esta actitud, percibida por algunos como resentimiento por su eliminación, ha avivado aún más la polémica. La revista, consciente de la delicada línea que estaba cruzando Facundo, intentó frenar sus declaraciones, un gesto que el conductor ironizó con un "gracias por esta libertad de expresión".

La controversia ha trascendido las páginas de la revista y se ha extendido como la pólvora en las redes sociales. Mientras algunos usuarios aplauden la valentía de Facundo al usar su plataforma para visibilizar temas cruciales y defender su derecho a la libre expresión, otros lo acusan de "ardido" y de buscar justificar su salida con argumentos fuera de lugar. "Si tanto le preocupaba la reforma judicial, ¿por qué no lo dijo antes?", cuestionan algunos, mientras que otros lo defienden argumentando que la experiencia dentro de la casa le permitió tener una nueva perspectiva sobre la realidad del país.

Más allá de la polémica, las declaraciones de Facundo abren un debate interesante sobre el papel de los medios de comunicación y el consumo de entretenimiento. ¿Es la audiencia realmente indiferente a los problemas sociales, o simplemente busca una vía de escape en los reality shows? ¿Tiene Facundo razón al cuestionar la atención desproporcionada que reciben estos programas, o se trata simplemente de una estrategia para mantenerse en el ojo público tras su eliminación? Lo cierto es que, intencionalmente o no, el conductor ha logrado encender la mecha de una conversación necesaria sobre la responsabilidad social, la libertad de expresión y los límites del entretenimiento en un mundo cada vez más mediatizado. El tiempo dirá si sus palabras tendrán un impacto real en la conciencia colectiva, o si se diluirán en el efímero universo de las redes sociales.