11 de septiembre de 2025 a las 18:20
Estudiante planeaba matar a profesora
La conmoción aún se palpa en el aire de La Paz, Mendoza, tras el aterrador incidente en la escuela Marcelino Blanco. Una alumna de tan solo 14 años irrumpió en el establecimiento con un arma de fuego, desatando escenas de pánico que quedarán grabadas en la memoria de la comunidad escolar. Tres detonaciones resonaron en los pasillos, amplificando el terror y la incertidumbre. La joven, según testimonios de sus compañeros, no solo portaba el arma con la que realizó los disparos, sino también dos cuchillos que arrojó contra las paredes y el mobiliario, incrementando la sensación de peligro y descontrol.
El eco de los disparos aún resuena en los oídos de quienes presenciaron el incidente. Alumnos que se refugiaron bajo sus pupitres, profesores que intentaron mantener la calma y aplicar los protocolos de emergencia, padres que corrían desesperados hacia la escuela, temiendo lo peor. La imagen de la adolescente armada, según describen los testigos, era la de una joven decidida, con un objetivo claro: una profesora de matemáticas y un compañero de clase. "Iba decidida a matar a la profe Raquel y a un compañero", relató una alumna, aún con la voz entrecortada por el recuerdo. "Decía que si no le traían a Raquel, ella se podía matar". Estas palabras, cargadas de una violencia inusitada para su edad, dibujan un escenario desgarrador y plantean interrogantes sobre las motivaciones que la llevaron a este extremo.
La tensión se mantuvo durante horas, mientras la policía rodeaba el edificio y negociaba con la menor, atrincherada en un aula. Finalmente, el arma fue entregada y la joven puesta bajo custodia. Si bien no hubo heridos físicos, las heridas emocionales son profundas y requerirán un largo proceso de sanación. La ministra de Seguridad, Mercedes Rus, confirmó que la adolescente será derivada a un centro de salud para recibir atención psicológica. "Se trató de un episodio muy delicado que pudo haber tenido consecuencias graves", declaró Rus, haciendo hincapié en la importancia del seguimiento psicológico y la contención, tanto para la menor como para el resto de la comunidad educativa.
El incidente ha dejado al descubierto una serie de preguntas cruciales. ¿Cómo obtuvo el arma y los cuchillos? ¿Cómo logró ingresarlos a la escuela sin ser detectada? ¿Qué factores desencadenaron esta reacción extrema? Las autoridades provinciales ya han iniciado una investigación para esclarecer estos puntos y determinar las responsabilidades. Más allá de las respuestas concretas, este suceso pone de manifiesto la urgencia de abordar la problemática de la salud mental en los jóvenes, de implementar medidas preventivas en los entornos escolares y de fortalecer la comunicación entre alumnos, docentes y familias. Es un llamado a la reflexión, una oportunidad para repensar las estrategias de contención y prevenir futuras tragedias.
El audio desesperado de una hija a su madre, la palabra "disparos" resonando en el teléfono, la carrera angustiante hacia la escuela… son testimonios del impacto que este evento ha tenido en las familias. La incertidumbre, el miedo y la impotencia se mezclan con la necesidad de comprender lo sucedido y de encontrar las herramientas para sanar las heridas, tanto individuales como colectivas. La comunidad de La Paz se enfrenta ahora al desafío de reconstruir la confianza y la seguridad en un espacio que debería ser sinónimo de aprendizaje y crecimiento. El camino será largo, pero la solidaridad y el apoyo mutuo serán fundamentales para superar este doloroso episodio y construir un futuro más seguro para todos.
Fuente: El Heraldo de México