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11 de septiembre de 2025 a las 18:25

El Misterio de Septiembre: ¿Tragedia o Tradición?

Septiembre, un mes envuelto en un halo de misterio y tradición, nos invita a reflexionar sobre la delgada línea entre la realidad y la creencia popular. La reciente tragedia de la explosión de la pipa en Iztapalapa, con su lamentable saldo de pérdidas humanas y materiales, ha reavivado la conversación en torno al "Aire de Muertos" o "Mal Aire", una creencia arraigada en el imaginario colectivo mexicano que atribuye a este mes una particular susceptibilidad a las desgracias.

Mucho se ha especulado en redes sociales, buscando una explicación a estos eventos que parecen concentrarse en el noveno mes del año. La coincidencia de fechas con los devastadores terremotos de 1985, 2017 y 2021, todos ocurridos un 19 de septiembre, alimenta la idea de una fuerza invisible que rige los destinos en este periodo. Pero, ¿qué hay de cierto en estas creencias? ¿Se trata de simples coincidencias o existe una explicación más profunda?

La escritora Paola Klug, experta en mitología y tradición mexicana, nos ofrece una perspectiva enriquecedora sobre el origen y significado del Aire de Muertos. Desde la época prehispánica, la creencia en un aire cargado de energía negativa, capaz de provocar enfermedades e incluso la pérdida del alma, estaba presente. Este mal aire se atribuía a la ira de las deidades o a la falta de respeto hacia ellas. Con la llegada de los españoles, la concepción se fusionó con la creencia en lugares impregnados de energía tensa, donde sucesos trágicos habían dejado una huella imborrable.

Esta fusión de culturas dio origen a una interpretación diversa y regional del Aire de Muertos. Para algunos, la llegada del otoño, con sus días más cortos y sus noches más frías, es la manifestación palpable de este cambio energético. La oscuridad que se adueña del paisaje, la atmósfera densa y húmeda, son señales inequívocas de la cercanía del mundo espiritual.

Sin embargo, Klug aclara que el Aire de Muertos no debe entenderse como una fuerza maléfica que causa desgracias. Más bien, se trata de una conexión con el mundo espiritual, una época propicia para recordar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros. Es la época en que el velo entre los mundos se adelgaza y sentimos la presencia de quienes nos precedieron.

Si bien es cierto que la tradición recomienda cubrirse la boca y la nariz al pasar por lugares donde se han producido tragedias, esto no se debe a un miedo irracional al Mal Aire, sino a una muestra de respeto por el dolor y el sufrimiento que allí se han vivido.

Es importante, pues, diferenciar entre la creencia popular y la realidad. Si bien las coincidencias de fechas pueden resultar impactantes, no existe evidencia científica que relacione el Aire de Muertos con la ocurrencia de desastres naturales o tragedias. Septiembre, como cualquier otro mes, está sujeto a las leyes de la naturaleza y del azar.

Lo que sí es innegable es el poder de la tradición y la fuerza del imaginario colectivo. El Aire de Muertos, más allá de su interpretación literal, nos invita a reflexionar sobre nuestra propia mortalidad, a honrar la memoria de nuestros antepasados y a valorar la vida en toda su fragilidad. Es una oportunidad para conectarnos con nuestras raíces y reencontrarnos con la esencia de nuestra cultura.

Fuente: El Heraldo de México