Las Vegas se viste de gala no solo por la esperada pelea entre dos titanes del boxeo, Saúl "Canelo" Álvarez y Terence Crawford, sino también por la deslumbrante joya que coronará al vencedor. Imaginen un anillo, no uno cualquiera, sino una obra maestra de la orfebrería valuada en más de 100 mil dólares, concebida por la prestigiosa firma Jason of Beverly Hills. No se trata simplemente de un accesorio, es un símbolo, una pieza de colección que inmortaliza el estatus de campeón indiscutido. El brillo del oro amarillo se funde con el fulgor de 8.5 quilates de diamantes blancos, complementados por la vibrante tonalidad de más de un quilate de piedras preciosas de colores. En su centro, el icónico logotipo del WBC, rodeado por la imponente inscripción "World Champion", declara la magnitud de la victoria.

Pero este anillo guarda un secreto, un ingenioso mecanismo que permite girar la parte superior para revelar una miniatura del imponente Allegiant Stadium, el escenario donde se escribirá la historia. Ahí, en el centro del ring representado, se pueden apreciar los nombres de los contendientes, grabados a los lados de la lona, como un recordatorio constante de la épica batalla.

La minuciosidad de los detalles es asombrosa. En los costados, la fecha del combate queda inmortalizada junto al prestigioso logotipo de la revista The Ring, un par de guantes de boxeo, símbolo de la nobleza del deporte, y la palabra "Undisputed", que resume la magnitud de la hazaña. Las siglas WBC, incrustadas en diamantes, brillan con luz propia, como un sello de autenticidad y prestigio.

Este anillo, más que un complemento, es una extensión del legendario cinturón verde y oro del WBC. No busca reemplazarlo, sino acompañarlo, elevar la gloria del campeón y materializar su legado en una pieza tangible. Es, como lo describe Jason Arasheben, director de la firma joyera, "un monumento portátil que lleva el legado a las manos del campeón".

La pelea entre Álvarez y Crawford, considerada ya un hito en la historia del boxeo, adquiere una nueva dimensión con la incorporación de este magnífico trofeo. No solo se disputará el título, sino también la posesión de una joya única, la primera de una serie que el WBC planea entregar en futuros combates de campeonato indiscutido. Un incentivo más para estos dos guerreros que, el próximo 13 de septiembre, se enfrentarán en una noche que promete ser inolvidable. ¿Quién se alzará con la victoria y se coronará con esta joya sin igual? La expectativa crece a medida que se acerca la fecha, y el mundo del boxeo contiene la respiración ante la inminencia de este choque de titanes. El Allegiant Stadium será testigo de la historia, y el anillo del WBC, un símbolo eterno de la grandeza del campeón.