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11 de septiembre de 2025 a las 04:40

Alerta: Heridos en explosión CDMX

El estruendo resonó como un trueno a las 15:47 horas, desgarrando la tarde del miércoles y la tranquilidad de la colonia Santa Marta. La onda expansiva, seguida de una densa columna de humo negro que se elevaba hacia el cielo, pintó un escenario de caos y destrucción en la calzada Ignacio Zaragoza, a escasos metros de la estación del Metro. Una pipa de gas, convertida en una bomba de tiempo, había detonado, dejando tras de sí un rastro de heridos y la incertidumbre sobre las causas de la tragedia.

El aire se llenó del olor acre del gas, mezclado con el polvo y los escombros. Los gritos de auxilio se entremezclaban con el sonido de las sirenas de las ambulancias y patrullas que llegaban al lugar. Vecinos, aturdidos y conmocionados, salían de sus casas para presenciar el dantesco espectáculo. Algunos, con valentía admirable, se sumaban a las labores de rescate, ayudando a los heridos a alejarse de la zona de peligro.

La escena era desgarradora: personas con quemaduras de segundo y tercer grado, rostros cubiertos de hollín, algunos con dificultad para respirar. La rápida respuesta de los servicios de emergencia fue crucial. Bomberos, paramédicos y policías trabajaron contrarreloj para controlar el incendio, atender a los heridos y evacuar la zona. Una verdadera cadena humana de solidaridad se formó en medio de la tragedia.

La jefa de Gobierno, Clara Brugada, llegó al lugar para supervisar las acciones de emergencia. Su rostro reflejaba la gravedad de la situación, pero también la firmeza de quien asume la responsabilidad de liderar la respuesta ante la crisis. Acompañada por el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez Camacho, y la alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavez, recorrió la zona afectada, escuchó los reportes de los equipos de rescate y se comprometió a brindar todo el apoyo necesario a las víctimas y sus familias.

La confusión inicial sobre el número de heridos y la posibilidad de víctimas fatales generó angustia y especulación. Las redes sociales se inundaron de imágenes y videos del incidente, algunos de ellos impactantes. La información, a veces contradictoria, fluía a borbotones, creando un clima de incertidumbre. Las autoridades, en un esfuerzo por transparentar la situación, emitieron comunicados oficiales con actualizaciones constantes sobre el número de heridos y su estado de salud.

La Fiscalía General de Justicia capitalina inició una investigación exhaustiva para determinar las causas de la explosión. ¿Fue un accidente? ¿Una falla mecánica? ¿Negligencia? Estas son algunas de las preguntas que las autoridades buscan responder. Mientras tanto, la Secretaría de Salud puso a disposición de los afectados todos sus recursos, garantizando la atención médica y psicológica necesaria para su recuperación.

Más allá de las cifras y los datos oficiales, la explosión de la pipa de gas en Santa Marta nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de la solidaridad en momentos de crisis. La imagen de los vecinos ayudando a los heridos, de los rescatistas trabajando incansablemente, de las autoridades comprometidas con la atención a las víctimas, es un testimonio de la capacidad de resiliencia y la fuerza del espíritu humano. En medio del dolor y la destrucción, la esperanza se abre paso, recordándonos que, juntos, podemos superar las adversidades.

Fuente: El Heraldo de México