
10 de septiembre de 2025 a las 06:00
Turista ebria escala poste de voladores en Cuetzalan
La noche del 6 de septiembre, la tranquilidad del pueblo mágico de Cuetzalan, Puebla, se vio interrumpida por un suceso insólito. Una joven turista, presuntamente bajo los efectos del alcohol, decidió escalar el emblemático poste ceremonial de los voladores, una estructura de 30 metros de altura ubicada en el atrio de la iglesia de San Francisco, corazón mismo de la comunidad. Este acto, lejos de ser una simple imprudencia, se convirtió en un desafío a una tradición ancestral, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Desde lo alto del poste, la joven gritaba su intención de lanzarse al vacío, desatando la alarma entre los presentes. La escena, rápidamente viralizada en redes sociales, muestra la angustia de decenas de curiosos que se congregaron en la plaza, observando con impotencia la peligrosa situación. La movilización de los cuerpos de emergencia fue inmediata: Seguridad Ciudadana, Protección Civil, SUMA e incluso el Instituto Municipal de la Mujer se presentaron en el lugar, preparados para intervenir.
Sin embargo, el rescate no vino de las manos de los equipos de emergencia convencionales. Fueron los propios voladores, guardianes de la tradición, quienes asumieron la delicada tarea de persuadir a la joven. Conocedores no solo del ritual, sino también del respeto profundo que se le profesa al poste ceremonial, estos hombres iniciaron un diálogo que se prolongó por 40 largos minutos. Minutos de tensión, incertidumbre y una profunda preocupación por la vida de la joven y por la sacralidad del lugar que había sido profanado.
Finalmente, gracias a la paciencia, la empatía y la habilidad de los danzantes, la turista accedió a descender. El alivio fue palpable entre la multitud, que rompió en aplausos al ver a la joven bajar sana y salva. La rápida y eficaz intervención de los voladores fue reconocida por el alcalde de Cuetzalan, Óscar Paula, quien a través de sus redes sociales agradeció "el valor y la entrega" de quienes "lograron poner a salvo a una ciudadana que atravesaba por un momento difícil."
Tras el rescate, la joven fue atendida por paramédicos y posteriormente puesta a disposición de las autoridades correspondientes. Se espera que se determine la sanción a la que se hará acreedora, la cual deberá considerar no solo la imprudencia y el riesgo que la joven puso en su propia vida, sino también la falta de respeto hacia un símbolo cultural de gran importancia para la comunidad de Cuetzalan y para México.
El incidente ha generado un intenso debate en redes sociales. Muchos internautas condenan el acto de la turista, considerándolo una grave ofensa a las tradiciones indígenas. Se cuestiona la falta de sensibilidad y el irrespeto hacia la cultura local, exigiendo que se apliquen sanciones ejemplares. Otros, sin embargo, hacen un llamado a la reflexión sobre el consumo excesivo de alcohol y la importancia de promover el turismo responsable, que implique un genuino interés y respeto por las culturas que se visitan.
El incidente en Cuetzalan nos recuerda la fragilidad de nuestro patrimonio cultural y la importancia de preservarlo. Más allá de las sanciones, este suceso debe servir como un llamado a la conciencia para que tanto visitantes como locales valoremos y protejamos las tradiciones que nos dan identidad. Es una invitación a construir un turismo más consciente y respetuoso, que enriquezca tanto al visitante como a las comunidades receptoras.
Fuente: El Heraldo de México