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11 de septiembre de 2025 a las 00:00
¡Salva a Firulais del frío!
La indignación recorre las redes sociales una vez más. Un nuevo caso de maltrato animal ha salido a la luz, exponiendo la crueldad a la que algunos animales son sometidos. El video, compartido por la cuenta de TikTok "Peludos Desamparados", muestra la desgarradora imagen de un perro amarrado a la intemperie bajo un aguacero implacable. Empapado hasta los huesos, el animal permanece inmóvil, resignado a su suerte. A su lado, un triste recordatorio de su abandono: sus propias heces, testimonio de las condiciones deplorables en las que se ve obligado a vivir.
La escena se vuelve aún más perturbadora cuando la cámara enfoca un cartel colocado por los dueños del perro. En él, solicitan a los transeúntes que no alimenten al animal, argumentando, con una frialdad que hiela la sangre, que "se enferma del estómago". Además, se deslindan de cualquier responsabilidad en caso de que el perro, en un acto desesperado por defenderse, muerda a alguien que intente acercarse. Un descargo de responsabilidad que, lejos de eximirlos de culpa, los hunde aún más en la barbarie.
El video, que se ha viralizado rápidamente, ha desatado una ola de indignación y repudio entre los usuarios de las redes sociales. Muchos se preguntan cómo es posible que, en pleno siglo XXI, se sigan tolerando este tipo de actos de crueldad. La cuenta "Peludos Desamparados" ha proporcionado más detalles sobre el caso, indicando que el perro permanece amarrado las 24 horas del día, expuesto a las inclemencias del tiempo, desde el sol abrasador hasta las tormentas de granizo. Un sufrimiento continuo, una vida reducida a la mínima expresión.
Se ha informado que ya se ha interpuesto una denuncia ante la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM) con el folio 2526. Sin embargo, hasta el momento las autoridades no han intervenido para rescatar al animal. La impunidad, en estos casos, se convierte en cómplice del maltrato. Por ello, la difusión del video se vuelve crucial. Cada clic, cada comentario, cada compartir, es una voz que se alza contra la injusticia, una presión para que las autoridades actúen con la celeridad que el caso amerita.
Este caso nos recuerda la importancia de no ser indiferentes ante el sufrimiento animal. No podemos permitir que estas situaciones se normalicen. Debemos ser la voz de aquellos que no pueden hablar, los defensores de quienes no pueden defenderse. La solidaridad, la denuncia y la exigencia de justicia son las armas con las que podemos combatir la crueldad y construir una sociedad más justa y compasiva, no solo con los seres humanos, sino también con los animales que comparten nuestro planeta. El futuro de este perro, y de tantos otros que sufren en silencio, depende de nuestra acción. No miremos hacia otro lado.
Fuente: El Heraldo de México