El silencio de la noche se ha vuelto ensordecedor para Romina Mircoli. La hija de la icónica cantante Dulce, vive sumida en una pesadilla desde la partida de su madre. No es el duelo lo que la atormenta, sino una serie de eventos macabros que la han obligado a abandonar su hogar, a vivir en la clandestinidad, con el corazón latiéndole al ritmo del miedo. Imaginen despertar una mañana y encontrar vestigios de brujería en su propiedad, símbolos oscuros y restos de animales que susurran amenazas al viento. Ese horror se convirtió en la realidad de Romina, un escalofrío que recorrió su espina dorsal y la obligó a preguntarse: ¿quién está detrás de esto? ¿qué buscan?

La joven, visiblemente afectada, compartió su angustia con el periodista Javier Ceriani en una entrevista exclusiva. Con la voz entrecortada por la ansiedad, describió el perturbador hallazgo. "Lo que me da miedo es que tocaran mi propiedad", confesó, palabras que revelan la profunda vulnerabilidad que siente. No se trata solo de objetos, sino de la violación de su intimidad, de la sensación de ser observada, acechada. La presencia de esos "trabajos", como se les conoce en el mundo de la santería, le confirma que alguien la tiene en la mira, que conoce sus movimientos y que no tiene reparos en utilizar métodos oscuros para intimidarla. "Es perturbador, horrible, maltrato animal", declaró, palabras que pintan un cuadro desolador, un escenario de terror que nadie merece vivir.

La situación se tornó tan insostenible que Romina tuvo que tomar una decisión drástica: huir. Dejar atrás su hogar, su refugio, para protegerse a sí misma y a su hijo. "Llevo fuera de mi casa más de una semana, no estoy ahí. Yo no creo que me pueda arriesgar porque tengo un hijo", explicó, con la resignación de quien ha perdido la tranquilidad, la seguridad de su propio techo. Ahora, vive en un lugar secreto, lejos de las sombras que acechan su casa, sin saber cuándo podrá regresar. "Estoy buscando la oportunidad de cuándo poder regresar. La mejor seguridad es que nadie sepa dónde estoy", agregó, con la cautela de quien se sabe perseguida, vulnerable.

Recordemos que a mediados de agosto, Romina ya había denunciado públicamente el hallazgo de una bolsa negra con restos de animales y figuras de santería cerca de su camioneta. En videos publicados en redes sociales, mostraba la evidencia, la pestilencia que emanaba de aquel macabro descubrimiento. "Yo ya vengo con mucho asco, prefiero ya ni comentarlo", dijo en aquella ocasión, tras presentar una denuncia formal ante las autoridades. Todo apunta a que estos actos de intimidación provienen de familiares de la cantante Dulce, con quienes Romina mantiene una disputa por la herencia.

La joven confesó a Ceriani que vive con los nervios a flor de piel, con la constante sensación de ser perseguida, mirando sobre su hombro a cada paso. A pesar del tormento, ha decidido no hacer pública su situación, prefiriendo que las autoridades se encarguen del caso. "Yo tengo que estar con problemas nerviosos, asustada, preocupada donde voy, que nadie me siga. Es una manera en la que no es sostenible estar. No se puede estar así, de verdad", declaró, dejando entrever el profundo impacto emocional que esta situación ha tenido en su vida. Su única defensa, afirma, ha sido recurrir a la vía legal. "Yo no entiendo qué quieren, yo no soy así, no me he dedicado a hacerle campaña a nadie, solo me he defendido. No hago una gira de medios hablando ni desprestigiando, ni aunque sea gente que se lo merece. Yo ahora fui a la vía legal, que las cosas sigan su curso. Si ellos quieren seguir haciendo caso omiso, también hay consecuencias de eso". La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará esta oscura historia? ¿encontrará Romina la paz y la justicia que busca?