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10 de septiembre de 2025 a las 04:25

Influencer vende cachorros enfermos: La crueldad viral

La historia de Ali Holman, la influencer de 52 años convertida en el centro de una tormenta mediática, nos recuerda la fragilidad de la confianza en la era digital. Lo que comenzó como un próspero negocio de cría de perros, promocionado a través de sus redes sociales, se ha desplomado tras graves acusaciones de vender cachorros enfermos, algunos de los cuales fallecieron a pocas horas de llegar a sus nuevos hogares. La conmoción y la indignación se han propagado como la pólvora entre sus seguidores y la comunidad online en general.

El caso de Angela Thompson, una de las afectadas, ha resonado con especial fuerza. La imagen de su cachorro, comprado con ilusión en el criadero de Holman, entrando en coma y falleciendo tan solo un día después, es desgarradora. El diagnóstico veterinario, una infección cerebral derivada de una falta de tratamiento, ha añadido leña al fuego de la controversia. Thompson, con el corazón roto, ha compartido públicamente su experiencia, incluyendo la angustiosa imagen de las heces sanguinolentas de su mascota, un testimonio crudo que ha impulsado a otros compradores a alzar la voz.

La infección parasitaria Giardia, identificada como la causa del sufrimiento de muchos de estos cachorros, plantea serias dudas sobre las condiciones higiénicas y sanitarias del criadero de Holman. Las autoridades de Minnesota, alertadas por una avalancha de denuncias –se habla de al menos 20 casos–, han iniciado una investigación oficial. Este escrutinio no solo se centra en Ali, sino también en su esposo Mark, copropietario del negocio. Ambos se enfrentan a la posibilidad de graves consecuencias legales, que podrían ir desde sanciones económicas hasta el cierre definitivo del criadero.

Más allá de las implicaciones legales, el caso de Holman ilustra el lado oscuro del marketing de influencers. La facilidad con la que se puede construir una imagen positiva en redes sociales, a veces esconde realidades muy diferentes. La confianza ciega en figuras públicas, especialmente cuando se trata de la adquisición de seres vivos, puede tener consecuencias devastadoras. La historia de estos cachorros nos invita a reflexionar sobre la importancia de la investigación, la verificación de información y la responsabilidad a la hora de comprar mascotas.

El silencio de Ali Holman y su esposo ante las acusaciones alimenta aún más la indignación de la comunidad online. Mientras la investigación sigue su curso, la reputación de Holman se desmorona a pasos agigantados, un recordatorio contundente de que la transparencia y la ética son fundamentales, incluso en el aparentemente frívolo mundo de las redes sociales. El futuro de su negocio, y quizás su propia carrera como influencer, penden de un hilo. ¿Será capaz de recuperar la confianza de sus seguidores? El tiempo lo dirá.

Este caso también nos recuerda la importancia de adoptar en lugar de comprar. Miles de animales esperan un hogar en refugios y protectoras, donde reciben atención veterinaria y se les brinda una segunda oportunidad. Optar por la adopción no solo salva vidas, sino que contribuye a combatir el comercio irresponsable de animales, un negocio que, como demuestra el caso de Holman, a menudo prioriza el beneficio económico por encima del bienestar animal.

Fuente: El Heraldo de México