10 de septiembre de 2025 a las 18:00
Hacienda al Rescate de Pemex: ¿Adiós a la Deuda?
La sombra de la deuda pasada se cierne sobre el presente de Pemex, una situación que exige atención inmediata y acciones contundentes. El panorama financiero de la petrolera nacional se encuentra marcado por compromisos adquiridos en administraciones anteriores, específicamente durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que hoy representan un desafío considerable para las finanzas públicas. Hablamos de vencimientos que alcanzan cifras alarmantes, concentrándose un 46% del total en los próximos dos años. Este peso, heredado de lo que se ha calificado como "la maldita deuda corrupta", obliga a un rescate financiero para evitar un colapso que tendría repercusiones devastadoras para la economía nacional.
La urgencia de la situación se refleja en las palabras del Secretario de Hacienda, Edgar Amador Zamora, quien ha enfatizado la presión que estos vencimientos ejercen sobre el presupuesto. No se trata simplemente de números en un balance, sino de recursos que podrían destinarse a otros rubros cruciales para el desarrollo del país. Ante este escenario, la estrategia del gobierno se centra en un pago eficiente de la deuda, buscando minimizar el impacto en las arcas públicas y sentar las bases para una recuperación sostenible de Pemex.
La magnitud del problema se ilustra con la comparación realizada por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien equiparó el monto de los vencimientos de 2024 con el costo de construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), multiplicado por más de tres. Esta cifra pone en perspectiva la enorme carga financiera que representa la deuda de Pemex y la necesidad de abordarla con decisión y transparencia.
Más allá de las cifras, el análisis de la situación revela una preocupante tendencia: el incremento del endeudamiento de Pemex durante los periodos mencionados coincidió con una disminución en la producción de petróleo y derivados. Este contraste plantea interrogantes sobre la gestión de recursos en el pasado y refuerza la necesidad de una revisión exhaustiva de las políticas energéticas implementadas en esos años. La recuperación de la producción durante la actual administración, según lo señalado por las autoridades, ofrece un rayo de esperanza y marca un cambio de rumbo en la estrategia de Pemex.
El rescate de Pemex no se limita al pago de la deuda. Implica también una apuesta por la recuperación de la industria petroquímica, un sector estratégico para el desarrollo económico del país. Este esfuerzo se suma a las acciones para incrementar la producción de gasolina y diésel, buscando no solo sanear las finanzas de la petrolera, sino también fortalecer su capacidad para contribuir al crecimiento nacional. El camino hacia la recuperación no será fácil, pero la determinación del gobierno y la importancia estratégica de Pemex para México hacen de este rescate una prioridad ineludible. Se trata de una tarea que exige no solo recursos financieros, sino también una visión a largo plazo que garantice la sostenibilidad de la industria energética nacional.
Fuente: El Heraldo de México