
10 de septiembre de 2025 a las 06:25
El titánico arte de animar
Un renacimiento animado florece en México. Veinte largometrajes en desarrollo, desde las grandes casas productoras hasta los estudios independientes, pintan un panorama vibrante y prometedor. Nunca antes en la historia del cine mexicano se había gestado tal cantidad de proyectos animados, un testimonio del talento y la perseverancia de los creadores nacionales. Jorge Villalobos, una voz reconocida en la industria, lo confirma: la animación mexicana está viva, respira y se mueve con una fuerza inusitada. Este auge, sin embargo, enfrenta un titán: la distribución. ¿De qué sirve una obra maestra si permanece oculta en las sombras?
El Primer Foro de la Industria Audiovisual en Estudios Churubusco se convirtió en el escenario para este debate crucial. Expertos como Vanessa Quintanilla y Paulo Esparza se unieron a la conversación, moderada por Alberto Arvizu del Gremio de Animación Mexicana, para analizar los retos y las oportunidades de este momento histórico. Esparza, con la franqueza que caracteriza a quienes conocen el terreno, lo comparó con un milagro: llevar una película animada a la gran pantalla, que el público la descubra y la disfrute, es una hazaña épica. Imaginen el esfuerzo titánico que implica la producción de una película de acción viva, ahora multiplíquenlo exponencialmente. En la animación, cada detalle, cada movimiento, cada suspiro del personaje, nace de la nada. No hay espacio para la improvisación, todo se planifica minuciosamente, cuadro por cuadro, en un proceso artesanal que exige precisión y paciencia. Mientras que en una producción con actores reales se puede, hasta cierto punto, improvisar en el set, la animación requiere una previsión absoluta. Desde el diseño de los personajes hasta su animación, pasando por la construcción de mundos imaginarios, todo se crea desde cero.
La reflexión es profunda: ¿cómo nivelar el campo de juego? ¿Cómo lograr que la animación mexicana florezca con la misma fuerza y visibilidad que la acción viva? Se necesitan condiciones equitativas, tanto en la producción como en la distribución. Es necesario que las salas de cine abran sus puertas a estas joyas animadas, que los festivales las acojan y las celebren, que las plataformas de streaming las incluyan en sus catálogos. El talento está ahí, las historias esperan ser contadas, los mundos imaginarios ansían ser explorados. Falta el último eslabón: conectar con el público. El futuro de la animación mexicana depende de ello.
El Foro en Estudios Churubusco continúa, y con él, la esperanza de un futuro brillante para la industria. La inteligencia artificial, las nuevas tecnologías, las estrategias de marketing… todas las herramientas están sobre la mesa, listas para ser utilizadas en beneficio de la animación. El reto es grande, pero la pasión y el talento de los creadores mexicanos son aún mayores. El público, ávido de nuevas historias, espera con ansias el resultado de este esfuerzo colectivo. El cine mexicano está en plena transformación, y la animación, sin duda, jugará un papel protagónico en esta nueva era. Estaremos atentos a los próximos pasos, a los nuevos proyectos, a las nuevas voces que se sumen a esta emocionante aventura. La animación mexicana está lista para conquistar el mundo.
Fuente: El Heraldo de México