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11 de septiembre de 2025 a las 02:50
El Moderatto de Eloim: ¿Golpes de batería o familiares?
La historia de Elohim Corona y su padre, Jesús, es un drama familiar teñido por la pasión del rock and roll. Un relato que trasciende los escenarios y se adentra en la complejidad de las relaciones humanas, donde el amor y el conflicto se entrelazan en una melodía agridulce. Imaginen la escena: un joven músico, Elohim, creciendo bajo la sombra imponente de una leyenda del rock mexicano, su padre, Jesús Corona, guitarrista de la emblemática banda Isis. La música, que debería ser un lazo de unión, se convierte en la semilla de la discordia. Elohim, buscando su propio camino, decide unirse a Moderatto, una banda con una propuesta musical que, a los ojos de su padre, representaba una traición a la pureza del rock.
La desaprobación paterna fue tajante, palabras como dardos envenenados que resonaban en el corazón del joven músico. "Te burlas del rock and roll", le espetó Jesús, incapaz de comprender la búsqueda artística de su hijo. La tensión fue creciendo, como un crescendo musical que culminó en una dolorosa confrontación física, un choque de generaciones, de ideologías, de dos visiones del rock. El silencio y la distancia se instalaron entre padre e hijo, un abismo que parecía imposible de franquear.
Mientras Moderatto ascendía a la cima del éxito, el conflicto familiar se agravaba. Las acusaciones, transmitidas por terceros, se convertían en puñales que laceraban la relación. "Tu padre te odia", "quiere matarte", frases que retumbaban en la mente de Elohim, alimentando el dolor y la confusión. La culpa, como una sombra ominosa, se cernía sobre él, alimentada por la enfermedad de su padre y la insinuación de que su partida había sido la causa.
"Camina siempre adelante", el tercer sencillo de Moderatto, se convirtió en el himno de ese doloroso proceso. Una canción que expresaba el anhelo de reconciliación, la búsqueda de la aprobación paterna, un grito silencioso en medio del tumulto emocional. El éxito de Moderatto, en lugar de ser motivo de orgullo compartido, se convertía en un recordatorio constante de la fractura familiar.
La figura de Jesús Corona, un ícono del rock mexicano con más de 40 años de trayectoria y 16 discos grabados, se agigantaba en el recuerdo. Su legado musical, inmortalizado en las plataformas digitales, contrastaba con la amargura del conflicto personal. La historia de Isis, desde sus inicios como Isis Candra y Electric White Blues, hasta sus colaboraciones con figuras como Javier Bátiz, forma parte de la historia del rock en México.
La muerte de Jesús Corona en mayo de 2022, tras un accidente y una larga lucha contra la enfermedad, cerró un capítulo doloroso en la vida de Elohim. Un final que dejó una herida abierta, la imposibilidad de una reconciliación, la ausencia de un abrazo que sanara las heridas del pasado. Una historia que nos recuerda la fragilidad de los vínculos familiares, la importancia del diálogo y la aceptación, y cómo, a veces, la música, que puede unir a las personas, también puede convertirse en el escenario de los conflictos más profundos.
Fuente: El Heraldo de México