10 de septiembre de 2025 a las 21:20
Decomiso histórico de cocaína en Guerrero
En las vastas extensiones del Pacífico mexicano, donde el sol se funde con el horizonte y las olas susurran secretos al viento, se libra una batalla silenciosa, una guerra contra un enemigo invisible que amenaza con corroer el tejido social: el narcotráfico. Recientemente, una nueva victoria se ha sumado a la larga lista de triunfos de la Armada de México. Un golpe certero, asestado en la oscuridad de la noche, a más de 370 mil millones de pesos de distancia del bolsillo de los criminales. Una operación que no solo ha arrebatado a las redes del narcotráfico una cantidad considerable de cocaína, sino que ha protegido a miles de jóvenes de caer en las garras de la adicción.
Imaginen la escena: la inmensidad del océano, bajo la atenta mirada de la luna, se convierte en el escenario de una persecución digna de una película de acción. Las embarcaciones de la Armada, cual lobos de mar acechando a su presa, siguen la pista de una embarcación sospechosa. El aire se tensa, la adrenalina corre por las venas de los marinos, conscientes de la importancia de su misión. La tensión se corta con la precisión de un cirujano, la embarcación es interceptada y en su interior, un tesoro maldito: 54 bultos repletos de cocaína, 1,600 kilos de un polvo blanco que representa la desesperanza y la destrucción.
Este no es un simple decomiso, es un mensaje contundente a las organizaciones criminales: México no es tierra fértil para sus negocios ilícitos. Es el resultado del trabajo incansable de la Secretaría de Marina, en colaboración con la Defensa Nacional, la Seguridad y Protección Ciudadana, la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República, un frente unido contra el crimen organizado. Es la muestra palpable de la estrategia integral del Gabinete de Seguridad, que combina inteligencia, tecnología y la valentía de hombres y mujeres comprometidos con la seguridad del país.
Pero más allá de las cifras, más allá del valor monetario de la droga incautada, se encuentra el verdadero impacto de esta operación: la protección de la juventud mexicana. 3,200 millones de dosis que no llegarán a las calles, 3,200 millones de oportunidades para que nuestros jóvenes construyan un futuro libre de las cadenas de la adicción. Un futuro donde sus sueños no se vean opacados por la sombra del narcotráfico.
Esta victoria es un paso más en el largo camino hacia un México seguro. Un recordatorio de que la lucha contra el narcotráfico es una tarea de todos, un compromiso que requiere la participación activa de la sociedad y la firmeza de las instituciones. Y mientras las olas del Pacífico sigan besando las costas mexicanas, la Armada seguirá vigilando, protegiendo y defendiendo la soberanía nacional, con la convicción de que un futuro mejor es posible. Un futuro donde la paz y la tranquilidad reinen en cada rincón del país. Un futuro donde las historias de éxito se escriban con tinta de esperanza, y no con el polvo blanco de la cocaína.
Fuente: El Heraldo de México