
10 de septiembre de 2025 a las 05:25
Clark: Bebidas azucaradas, ¿opción saludable?
La sombra del impuesto a las bebidas azucaradas se alarga de nuevo sobre el Paquete Económico 2026, reavivando un debate crucial para la salud pública en México. Más allá de las cifras y los porcentajes, se esconde una realidad preocupante: un país sediento de azúcar, atrapado en un ciclo de consumo que alimenta una crisis de obesidad, diabetes e hipertensión. El subsecretario Eduardo Clark García Dobarganes ha salido al paso de las críticas, asegurando que el incremento no busca vaciar los bolsillos de los consumidores, sino impulsar un cambio de hábitos. Un peso más por cada botella de 600 ml, 50 centavos adicionales en las latas… ¿Un precio justo a pagar por una vida más saludable?
La propuesta del gobierno no pretende demonizar las bebidas azucaradas, sino presentarlas como lo que son: un gusto ocasional, no la base de nuestra hidratación. Imaginemos un futuro donde el agua vuelva a ser la protagonista, donde los niños elijan una fruta en lugar de un refresco. No se trata de prohibir, sino de educar, de empoderar al consumidor para que tome decisiones informadas, conscientes del impacto que cada sorbo tiene en su salud.
Desde 2014, el impuesto a las bebidas azucaradas ha sido un recurso vital para el sector salud. Cada peso recaudado se traduce en tratamientos, en prevención, en una esperanza para quienes luchan contra las enfermedades crónicas. Sin embargo, la batalla no se gana solo con impuestos. Se requiere un esfuerzo conjunto, una sinergia entre gobierno, industria y sociedad. Necesitamos campañas de concientización que lleguen a todos los rincones del país, programas de educación nutricional en las escuelas, y un acceso más fácil a alimentos frescos y saludables.
El panorama actual es alarmante: más del 60% de la población mexicana con sobrepeso u obesidad, y un 20% de adultos con diabetes. Cifras que nos obligan a reflexionar, a actuar. No podemos seguir ignorando el impacto devastador de estas enfermedades en la calidad y esperanza de vida de millones de mexicanos. El debate sobre el impuesto a las bebidas azucaradas es mucho más que una discusión económica; es una conversación sobre el futuro de nuestra salud, sobre el bienestar de las próximas generaciones. ¿Estaremos a la altura del desafío?
La comparación internacional nos coloca en una posición incómoda: lideramos el consumo de bebidas azucaradas, mientras que nuestros precios se mantienen entre los más bajos. ¿Es esta la paradoja que queremos perpetuar? ¿O estamos dispuestos a romper el ciclo y construir un México más saludable? El camino no es fácil, pero es necesario. El impuesto es solo una pieza del rompecabezas. La verdadera transformación vendrá de la mano de la educación, la prevención y el compromiso de cada uno de nosotros con nuestra propia salud. El futuro está en nuestras manos, en cada decisión que tomamos, en cada vaso que levantamos. Elijamos con sabiduría.
Fuente: El Heraldo de México