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10 de septiembre de 2025 a las 22:05
Bienestar Mental Adolescente: Guía Práctica
La adolescencia, esa etapa crucial entre los 10 y los 19 años, donde uno de cada seis individuos en el mundo se encuentra transitando, es un período de construcción, de descubrimiento y, a menudo, de vulnerabilidad. Imaginemos un jardín en pleno florecimiento: necesita cuidados específicos, protección contra las inclemencias del tiempo y un suelo rico en nutrientes para alcanzar su máximo esplendor. De la misma manera, los adolescentes requieren de un entorno favorable que nutra su desarrollo social, emocional y psicológico. Esto implica no solo protegerlos de las adversidades, sino también brindarles las herramientas necesarias para gestionar sus emociones, construir relaciones saludables y desarrollar una identidad sólida.
Sin embargo, la realidad nos muestra que uno de cada siete adolescentes (el 14%) padece algún trastorno mental, una cifra alarmante que, lamentablemente, suele pasar desapercibida o minimizarse. Estos trastornos, como la ansiedad, la depresión, los trastornos de la conducta alimentaria o incluso la esquizofrenia, son enfermedades reales que requieren atención y tratamiento especializado. Ignorarlos no solo perpetúa el sufrimiento del adolescente, sino que también compromete su futuro, limitando sus oportunidades educativas, sociales y laborales.
El estigma asociado a la salud mental es una barrera formidable que impide a muchos jóvenes buscar la ayuda que necesitan. El miedo al rechazo, a la discriminación y a ser etiquetados como "diferentes" puede ser tan paralizante como la propia enfermedad. Es nuestra responsabilidad, como sociedad, derribar estos muros de prejuicios y crear espacios seguros donde los adolescentes se sientan cómodos hablando de sus problemas sin temor a ser juzgados.
La influencia del entorno familiar, escolar y social es determinante en la salud mental de los adolescentes. Un hogar donde prevalecen la violencia, el abuso o la negligencia emocional puede dejar cicatrices profundas. La presión social, el acoso escolar y la exposición constante a modelos de belleza y éxito irreales, amplificados por los medios de comunicación, pueden generar inseguridad, ansiedad y baja autoestima.
Existen grupos de adolescentes particularmente vulnerables, como aquellos que viven en zonas de conflicto, los que padecen enfermedades crónicas, los que pertenecen a minorías étnicas o sexuales, o los que se enfrentan a situaciones de discriminación y exclusión. Estos jóvenes necesitan apoyo adicional y acceso a servicios de salud mental de calidad.
Es fundamental reconocer que los trastornos mentales en la adolescencia no son una "fase" que se superará con el tiempo. Son enfermedades que requieren intervención profesional. La buena noticia es que existen tratamientos eficaces, como la terapia psicológica y, en algunos casos, la medicación, que pueden ayudar a los adolescentes a recuperar su bienestar y a desarrollar las habilidades necesarias para afrontar los desafíos de la vida.
La prevención es clave. Fomentar hábitos de vida saludables, como el ejercicio regular, una alimentación equilibrada y un sueño adecuado, es esencial para fortalecer la salud mental. También es importante enseñar a los adolescentes técnicas de manejo del estrés, resolución de problemas y comunicación asertiva.
El suicidio, la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, es una tragedia evitable. Debemos estar atentos a las señales de alerta, como cambios bruscos de humor, aislamiento social, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, expresiones de desesperanza o ideas suicidas. Si observamos alguna de estas señales, es crucial buscar ayuda profesional de inmediato.
No podemos subestimar el poder de la escucha activa y la empatía. Dedicar tiempo a escuchar a los adolescentes, sin juzgarlos ni minimizar sus problemas, puede marcar la diferencia. Demostrarles que nos importan, que estamos ahí para ellos, puede ser el primer paso hacia la recuperación.
Finalmente, recordemos que la salud mental es tan importante como la salud física. Invertir en la salud mental de los adolescentes es invertir en un futuro más saludable y próspero para todos.
Fuente: El Heraldo de México