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10 de septiembre de 2025 a las 08:40

Bebé fallece: La fe por encima de la ciencia

La tragedia de Hayden Edwards, el recién nacido fallecido en Oregón tras ser tratado con aceite de oliva y oraciones en lugar de atención médica, reabre el debate sobre la delicada intersección entre fe y salud. Sus padres, Taylor y Blair Edwards, miembros de la Iglesia Seguidores de Cristo, una congregación conocida por su rechazo a la medicina tradicional, han sido condenados a 30 días de prisión y cinco años de libertad condicional. Una pena que, si bien busca impartir justicia, parece leve ante la irreparable pérdida de una vida que apenas comenzaba.

La historia de Hayden, lamentablemente, no es un caso aislado. La Iglesia Seguidores de Cristo acumula un preocupante historial de tragedias similares. Desde 2008, el Tribunal de Circuito del Condado de Clackamas ha procesado y condenado a seis de sus miembros, incluyendo a los Edwards, por negligencia médica infantil. La sombra del caso de Neil Beagley, el adolescente de 15 años que falleció en 2008 por una obstrucción urinaria tratada con oraciones en lugar de medicina, se cierne sobre esta nueva tragedia. La reiteración de estos casos plantea interrogantes sobre la responsabilidad no solo de los padres, sino también de la propia congregación, que parece promover prácticas que ponen en riesgo la vida de los más vulnerables.

El desgarrador relato de los hechos, donde se describe cómo el pequeño Hayden pasó de mostrar síntomas preocupantes, como labios azules y dificultad para respirar, a fallecer tras horas de "rituales de curación" con aceite de oliva y paños fríos, conmueve e indigna a partes iguales. La imagen de los familiares aplicando estos remedios caseros mientras el bebé luchaba por respirar contrasta dramáticamente con la atención médica que podría haberle salvado la vida.

Si bien la libertad religiosa es un derecho fundamental, ¿dónde se traza la línea entre la fe y la negligencia? ¿Hasta qué punto las creencias personales pueden justificar la omisión de cuidados médicos esenciales, especialmente cuando se trata de la vida de un niño? La condena de los Edwards, aunque pueda parecer insuficiente para algunos, envía un mensaje claro: la responsabilidad parental implica garantizar el bienestar de los hijos, y eso incluye buscar atención médica adecuada cuando sea necesario.

El arrepentimiento expresado por Blair Edwards ante el tribunal, reconociendo la importancia de la atención médica y pidiendo a los miembros de su iglesia que aprendan de su tragedia, abre una pequeña ventana a la esperanza. Quizás este doloroso episodio sirva como un punto de inflexión, un llamado a la reflexión dentro de la Iglesia Seguidores de Cristo para reevaluar sus prácticas y priorizar la salud y el bienestar de sus niños. La vida de Hayden, aunque truncada prematuramente, podría ser un catalizador para el cambio, un recordatorio de que la fe no debe estar reñida con la razón, y que la salud de nuestros hijos siempre debe ser lo primero.

El futuro dirá si esta tragedia marca un cambio real en la actitud de la Iglesia Seguidores de Cristo. Mientras tanto, la comunidad debe seguir vigilante, promoviendo la educación y el acceso a la atención médica para todos, y asegurándose de que ninguna otra vida se pierda por la negligencia amparada en la fe.

Fuente: El Heraldo de México