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10 de septiembre de 2025 a las 23:50
Armonía en casa: el Feng Shui y las cenizas familiares
Las cenizas, un recordatorio tangible de la pérdida de un ser querido, se convierten en un dilema emocional y energético cuando se trata de decidir su lugar en nuestro hogar. El Feng Shui, con su sabiduría milenaria, nos guía para comprender la profunda influencia que estos restos pueden ejercer sobre el flujo vital de nuestra casa. No se trata de una superstición, sino de una comprensión profunda de la energía que nos rodea y cómo interactúa con nosotros. Mantener las cenizas en casa, por más amoroso que sea el gesto, puede crear un estancamiento energético, un apego al pasado que impide el fluir natural del "chi", esa energía vital que nos impulsa hacia el crecimiento y la renovación. Imaginen un río cristalino: las cenizas, en esta analogía, actúan como un dique que obstruye su curso, impidiendo que sus aguas frescas y renovadoras lleguen a cada rincón de nuestro hogar.
El hogar, nuestro santuario, debe ser un espacio donde la vida palpite en cada rincón, donde la energía fluya como una suave brisa, renovándonos y revitalizándonos día a día. Introducir la energía de la muerte, aunque sea en la forma de las cenizas de un ser querido, crea una paradoja energética. Es como intentar mezclar el fuego con el agua: ambos elementos, esenciales para la vida, se anulan mutuamente cuando se combinan de forma inadecuada. Este desequilibrio energético puede manifestarse de diversas formas, desde un persistente sentimiento de tristeza y melancolía, hasta bloqueos en diferentes áreas de nuestra vida, como las relaciones personales, el trabajo o la salud.
El Feng Shui nos enseña a honrar a nuestros seres queridos de maneras que promuevan la armonía y el equilibrio en nuestro hogar. Crear un altar con objetos simbólicos, fotografías que evoquen momentos felices o plantas vibrantes que representen la continuidad de la vida, son alternativas que nos permiten mantener viva la memoria sin perturbar la energía vital de nuestro espacio. Estos gestos, cargados de amor y respeto, permiten que el recuerdo florezca sin anclarnos al pasado.
Es importante comprender que la recomendación del Feng Shui de no conservar las cenizas en casa no implica una falta de respeto hacia el difunto. Al contrario, se trata de encontrar un lugar de reposo que les permita trascender con paz y armonía, sin interferir con el flujo energético de los vivos. Los cementerios y columbarios, espacios diseñados específicamente para este propósito, ofrecen un entorno propicio para el descanso eterno, permitiendo que la energía de la vida siga su curso natural en nuestros hogares. Recordemos que la muerte es una transición, un paso hacia otro estado, y permitir que esa energía siga su camino es un acto de amor tanto para el difunto como para nosotros mismos.
Además del impacto emocional, la presencia de cenizas puede alterar el equilibrio de los elementos en el hogar. El fuego, elemento predominante en las cenizas debido al proceso de cremación, puede intensificarse en exceso, generando un ambiente de tensión, irritabilidad e incluso conflictos. El Feng Shui busca la armonía entre los cinco elementos: agua, madera, fuego, tierra y metal. Un exceso de fuego puede desequilibrar esta delicada danza, afectando nuestro bienestar físico y emocional. Es como una orquesta donde un instrumento se impone sobre los demás, rompiendo la melodía y creando una disonancia.
La sabiduría del Feng Shui nos invita a reflexionar sobre la importancia de crear un hogar que vibre con la energía de la vida, un espacio donde podamos crecer, sanar y conectar con nuestra esencia. Honrar la memoria de nuestros seres queridos de forma consciente y respetuosa, eligiendo lugares adecuados para su descanso final, nos permite mantener un vínculo amoroso sin comprometer la armonía y el equilibrio de nuestro hogar, nuestro refugio de paz y vitalidad.
Fuente: El Heraldo de México