La tragedia volvió a teñir las vías del tren en la colonia Santa María de Cementos, en León, Guanajuato. Apenas un día después del impactante choque entre un camión de carga y la locomotora, un nuevo accidente cobra la vida de un adulto mayor. Don Irineo Hernández, de 73 años, pedaleaba su bicicleta por el bulevar Timoteo Lozano, cerca del cruce con la calle Costas del Mar Caspio, cuando el destino le jugó una mala pasada. Testigos presenciales relatan la escena con angustia: Irineo, al parecer, intentó ganarle el paso al tren, una decisión fatal que terminó con su vida bajo las ruedas de la imponente máquina. El impacto fue brutal, arrebatándole la vida al instante.

La imagen del cuerpo de Don Irineo tendido sobre el asfalto, junto a su bicicleta, conmocionó a los automovilistas que transitaban por la zona. De inmediato, dieron aviso a los servicios de emergencia. Paramédicos y policías municipales acudieron al lugar, pero solo pudieron confirmar lo inevitable: Don Irineo ya no respiraba.

La noticia corrió como reguero de pólvora, llegando a oídos de sus familiares, quienes se presentaron en el lugar de los hechos con el corazón destrozado, reconociendo entre lágrimas el cuerpo sin vida del hombre que, hasta hacía poco, pedaleaba por esas mismas calles.

Mientras las autoridades ministeriales iniciaban las investigaciones pertinentes para esclarecer las circunstancias del accidente y deslindar responsabilidades, el cuerpo de Don Irineo fue trasladado al Servicio Médico Forense para la necropsia de ley. La comunidad se encuentra consternada por esta nueva tragedia, que pone de manifiesto, una vez más, el peligro latente en los cruces ferroviarios.

Este trágico incidente se suma al ocurrido apenas 24 horas antes, en el mismo bulevar Timoteo Lozano, pero en el cruce con Francisco Villa. En aquella ocasión, un camión de carga fue embestido por el tren y arrastrado varios metros, quedando volcado sobre su costado izquierdo. Afortunadamente, el conductor logró ser rescatado con vida gracias a la rápida intervención de los cuerpos de emergencia y trasladado al Hospital General de León para recibir atención médica.

Dos accidentes en menos de dos días, en la misma zona, con la misma locomotora como protagonista, encienden las alarmas y plantean serias interrogantes sobre la seguridad en estos cruces. ¿Se trata de una fatal coincidencia o existe una problemática de fondo que debe ser atendida con urgencia? ¿Es necesario reforzar la señalización? ¿Implementar medidas de seguridad adicionales? Estas son preguntas que exigen respuestas inmediatas por parte de las autoridades competentes. La vida de los ciudadanos está en juego. La memoria de Don Irineo y la angustia de quienes presenciaron estos accidentes, demandan acciones concretas para prevenir futuras tragedias. La comunidad espera soluciones, no más cruces teñidos de sangre.