
9 de septiembre de 2025 a las 21:50
¡Precios de refrescos y tabaco al alza!
El fantasma de la inflación vuelve a rondar los hogares mexicanos. Con la propuesta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de incrementar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas azucaradas, tabaco e incluso algunos videojuegos y casas de apuestas, la pregunta que resuena en la mente de muchos es: ¿a qué costo viene la salud? Si bien la iniciativa, bautizada como “impuestos saludables”, busca desincentivar el consumo de productos nocivos y fortalecer el fondo de salud, la realidad es que impactará directamente en el bolsillo de los consumidores.
Desde los refrescos que acompañan las comidas familiares, hasta el cigarrillo del fumador habitual, pasando por el entretenimiento digital que muchos jóvenes disfrutan, el incremento del IEPS se traducirá en un aumento de precios tangible. Para las bebidas azucaradas, se habla de un aumento de 3.0818 pesos por litro, una cifra que, si bien puede parecer pequeña, se acumula rápidamente en el consumo diario y semanal. Imaginemos las familias numerosas, las pequeñas tiendas de abarrotes, los restaurantes… todos se verán obligados a ajustar sus precios, generando una reacción en cadena que podría impactar la inflación.
En el caso del tabaco, el panorama es aún más complejo. La propuesta de la SHCP plantea un aumento gradual de la tasa ad valorem del 160 al 200 por ciento para el 2030. Esta medida, aunque escalonada, representará un duro golpe para los fumadores, quienes se verán enfrentados a un dilema: absorber el incremento del costo o buscar alternativas, que en muchos casos, pueden ser incluso más perjudiciales para la salud, como el mercado negro de cigarrillos.
La inclusión de videojuegos y casas de apuestas en esta iniciativa abre un nuevo debate. ¿Es justo equiparar el entretenimiento digital con productos como el tabaco y las bebidas azucaradas? Si bien se argumenta que el juego puede generar adicción, la generalización de este argumento podría resultar en una medida desproporcionada que afecte a un sector en constante crecimiento y que, en muchos casos, representa una fuente de ingresos para miles de jóvenes.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha insistido en que la medida no es recaudatoria, sino que busca proteger la salud de los mexicanos. Sin embargo, la línea entre recaudación y salud pública es delgada y, en este caso, parece difuminarse. La pregunta clave es si este aumento del IEPS realmente logrará su objetivo o si, por el contrario, generará un impacto negativo en la economía familiar y fomentará el mercado negro.
El debate está abierto y la discusión apenas comienza. En los próximos meses, el Congreso de la Unión tendrá la tarea de analizar la propuesta y decidir el futuro de esta iniciativa. Mientras tanto, la incertidumbre se apodera de los consumidores, quienes se preguntan qué impacto tendrá en su vida diaria este nuevo capítulo en la lucha contra los productos nocivos. ¿Será un paso hacia una sociedad más saludable o un golpe más a la economía familiar? El tiempo lo dirá.
Fuente: El Heraldo de México