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9 de septiembre de 2025 a las 18:55

Pariente Detenido: ¡No Caigas en la Trampa!

La sofisticación de las estafas telefónicas alcanza niveles alarmantes, y el resurgimiento de la "llamada del pariente detenido" es una prueba fehaciente. Esta modalidad, que se creía erradicada, se aprovecha de la vulnerabilidad emocional de las personas para despojarlas de sus ahorros. El modus operandi, confirmado por las autoridades peruanas tras una oleada de denuncias y detenciones, es tan sencillo como efectivo: una llamada nocturna o en la madrugada, una voz angustiada simulando ser un familiar en problemas, frases como "me detuvieron", "necesito ayuda", "me van a meter a la cárcel", diseñadas para sembrar el pánico. La presión se intensifica con la entrada en escena de un supuesto funcionario (policía o fiscal) que ofrece una "solución rápida": un pago a una cuenta bancaria para evitar las consecuencias legales del supuesto delito. Las amenazas veladas hacia la integridad del familiar detenido son la puntilla final para que la víctima, presa del miedo y la desesperación, acceda a las exigencias de los delincuentes.

Esta estrategia se basa en la velocidad y la confusión. Los estafadores buscan bloquear la capacidad de razonamiento de sus víctimas, impidiéndoles analizar la situación con calma. Por eso, la primera línea de defensa es precisamente la calma. Ante una llamada de este tipo, es crucial respirar hondo y evitar el pánico. Antes de responder a cualquier demanda, debemos preguntarnos: ¿qué familiar podría estar en esa situación? Una vez identificado el potencial "familiar detenido", es vital realizar preguntas específicas para verificar su identidad. No debemos asumir nada ni ofrecer información personal. Si la persona al otro lado del teléfono se niega a identificarse o evade las preguntas, la mejor opción es colgar inmediatamente. La sospecha es nuestra mejor aliada.

Tras finalizar la llamada, el siguiente paso es contactar directamente con los familiares que podrían estar involucrados en la supuesta situación. Confirmar su bienestar nos permitirá descartar la estafa y, en caso de ser real la emergencia, actuar de manera apropiada a través de los canales oficiales. Más allá de la reacción inmediata, existen medidas preventivas que podemos implementar para protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias. Una de las más efectivas es el establecimiento de "palabras clave" o códigos de seguridad. Se trata de una palabra o frase secreta que solo los miembros de la familia conocen y que, en caso de una emergencia real, permitiría verificar la identidad de quien llama. Si la persona al otro lado del teléfono no puede proporcionar la palabra clave, sabremos inmediatamente que se trata de una estafa.

La prevención y la concienciación son nuestras mejores armas contra este tipo de delito. Compartir esta información con nuestros familiares y amigos, especialmente con aquellos más vulnerables a este tipo de engaños, puede marcar la diferencia. Recordemos que la "llamada del familiar detenido" juega con nuestras emociones más profundas, pero la información y la prudencia son el escudo más eficaz para proteger nuestro patrimonio y nuestra tranquilidad. No dude en reportar cualquier llamada sospechosa a las autoridades competentes. Juntos, podemos frenar el avance de estas estafas y construir un entorno más seguro para todos.

Fuente: El Heraldo de México