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9 de septiembre de 2025 a las 12:35

Lujo artesanal: Cinturón Tlaxcalteca

La historia del boxeo se entrelaza con la de México de una manera profunda y vibrante. El grito de guerra que precede a cada round, el sudor y la disciplina que se forjan en los gimnasios, resuenan con la pasión y la entrega que caracterizan al pueblo mexicano. Y en esta ocasión, esa conexión se materializa en una obra de arte: el cinturón tlaxcalteca, una joya que trasciende el ámbito deportivo para convertirse en un símbolo de la riqueza cultural de México.

Más allá del oro y la plata que brillan bajo las luces del ring, este cinturón narra una historia milenaria. Las manos de Jacqueline España, maestra artesana de la cerámica de talavera, han insuflado vida a la arcilla, transformándola en una pieza central que captura la esencia de Tlaxcala. Sus trazos, delicados y precisos, dialogan con los vibrantes colores de los textiles inspirados en el sarape, creando una sinfonía visual que evoca la tradición y la modernidad.

El Nahui Huey Altepemeh, nombre que honra el linaje de los cuatro señoríos de Tlaxcala, no es solo un cinturón, es un testimonio del talento y la perseverancia de los artesanos mexicanos. Es la culminación de un sueño, como lo describe la propia Jacqueline, un sueño que se tejió entre el aroma del barro y el tintineo de las herramientas. Un sueño que ahora, bajo los reflectores de Las Vegas, brillará con la intensidad de un gancho perfecto.

La elección del boxeo como escenario para la entrega de esta obra maestra no es casualidad. El pugilismo, al igual que la artesanía, exige disciplina, resistencia y una pasión inquebrantable. Cada golpe, cada movimiento, es el resultado de horas de entrenamiento, de la misma forma que cada pincelada, cada detalle en la cerámica, refleja la dedicación y el amor por el oficio.

Desde 2017, el Consejo Mundial de Boxeo (WBC) ha abrazado esta iniciativa, convirtiendo los cinturones conmemorativos en una ventana al mundo para mostrar la riqueza cultural de México. Estos cinturones, más allá de su valor material, son embajadores de una tradición viva, un legado que se transmite de generación en generación, y que encuentra en el deporte una plataforma para llegar a nuevas audiencias.

El 13 de septiembre, en la electrizante pelea entre Saúl “Canelo” Álvarez y Terence Crawford, no solo se disputará un título mundial, sino que se celebrará la unión entre el deporte y el arte, entre la fuerza y la belleza, entre la tradición y la innovación. El cinturón tlaxcalteca, ceñido a la cintura del vencedor, será un recordatorio tangible de la grandeza de México, un país que noquea con su cultura y enamora con su arte.

Y mientras el mundo observa con expectación el desenlace de esta batalla épica, los artesanos mexicanos, como Jacqueline España, continúan trabajando con la misma pasión y dedicación, forjando nuevas obras de arte que seguirán inspirando y cautivando a las futuras generaciones. Porque la verdadera victoria, más allá del resultado de la pelea, reside en la preservación y la difusión de la riqueza cultural de México, un tesoro que brilla con luz propia en el escenario mundial.

Fuente: El Heraldo de México