
9 de septiembre de 2025 a las 23:05
¿Gabrielle acecha? El SMN revela cuándo
La inmensidad del Atlántico se agita. A miles de kilómetros de nuestras costas, una zona de baja presión se gesta, un susurro del océano que podría convertirse en un rugido. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) mantiene una vigilancia constante, con la mirada fija en este fenómeno que, en cuestión de días, podría transformarse en la tormenta tropical Gabrielle, el séptimo ciclón tropical de la temporada 2025 en el Atlántico. La incertidumbre se palpa en el aire. Un 40% de probabilidad de desarrollo ciclónico en las próximas 48 horas, un porcentaje que asciende al 80% en los siguientes 7 días. Los vientos, aún tímidos, soplan entre 16 y 24 kilómetros por hora, una danza suave que podría convertirse en una furiosa tempestad.
Mientras tanto, más cerca de casa, otra zona de baja presión, a tan solo 225 km al sur de la desembocadura del Río Suchiate, en la frontera entre México y Guatemala, también acapara la atención del SMN. Con un potencial de desarrollo ciclónico similar al de su hermana atlántica, esta zona de inestabilidad nos recuerda la imprevisibilidad de la naturaleza y la necesidad de estar preparados. El litoral mexicano, testigo silencioso del nacimiento de numerosos ciclones, se mantiene en alerta. Este año, las aguas que bañan nuestras costas han visto surgir la fuerza de la naturaleza en forma de tormentas y huracanes. De entre todos ellos, Erin, con su imponente categoría 5, destaca como un recordatorio del poder destructivo que estos fenómenos pueden alcanzar.
La temporada de huracanes 2025, iniciada el 1 de junio en el Atlántico y el 15 de mayo en el Pacífico, se encuentra en plena ebullición. En el Pacífico, el huracán Kiko, de categoría 4, ruge a la distancia, sin representar por el momento una amenaza directa para nuestro territorio. Hace apenas unos días, Lorena, un huracán categoría 1, puso en vilo a la península de Baja California y a los estados de Sonora, Sinaloa y Colima. Aunque sin lamentar pérdidas humanas, dejó a su paso una estela de daños materiales, un recordatorio palpable de la importancia de la prevención.
La danza de los vientos, la inmensidad del océano, la fuerza de la naturaleza. Estos elementos se combinan en un ballet impredecible que nos mantiene en vilo. La vigilancia constante, la información oportuna y la preparación son nuestras mejores armas ante la furia potencial de estos gigantes meteorológicos. El SMN, como un centinela incansable, continúa monitoreando cada movimiento, cada cambio en la presión atmosférica, cada ráfaga de viento. Mantengámonos informados, preparados y atentos a las indicaciones de las autoridades. La temporada de huracanes aún no ha terminado, y la naturaleza, como siempre, tiene la última palabra.
Fuente: El Heraldo de México