
9 de septiembre de 2025 a las 03:25
Fanático vetado de la NFL de por vida por agresión
Una noche de remontada épica, récords rotos y una controversia que empaña la victoria. Los Buffalo Bills lograron una hazaña digna de recordar al vencer a los Baltimore Ravens por un ajustado 41-40, tras una impresionante reacción en el último cuarto. Un partido que parecía perdido, con los Ravens dominando el marcador y el juego, se transformó en un auténtico thriller deportivo gracias a la magistral actuación de Josh Allen. Sus 251 yardas lanzadas en el último cuarto, una cifra que no se veía desde la época de Boomer Esiason en 1996, no solo reescribieron los libros de récords, sino que inyectaron una dosis de esperanza en un equipo que parecía resignado a la derrota. La ofensiva, liderada por Allen, orquestó una serie de jugadas impecables que culminaron con el gol de campo decisivo de Matt Prater, desatando la euforia en el estadio y confirmando la vigésima segunda remontada victoriosa en la carrera de Allen.
Más allá del espectáculo ofensivo, la defensa de los Bills también jugó un papel crucial en la victoria. La presión ejercida sobre Lamar Jackson, unida a la oportuna recuperación de un balón suelto forzado por Ed Oliver, devolvió la posesión a la ofensiva en momentos clave, permitiendo a Allen y compañía tejer la remontada.
Sin embargo, la alegría de la victoria se vio empañada por un incidente lamentable. Tras una espectacular recepción de DeAndre Hopkins, que culminó en anotación y puso a los Ravens arriba 34-19, el receptor fue agredido por un fanático al acercarse a la grada para celebrar. El mismo individuo también alcanzó a Lamar Jackson, quien, visiblemente molesto, reaccionó de inmediato empujando al agresor antes de que la seguridad interviniera. Las imágenes del incidente, que rápidamente se viralizaron en redes sociales, generaron un debate sobre la seguridad en los estadios y la conducta de los aficionados.
La respuesta de la NFL y los Buffalo Bills fue contundente y rápida. El fanático, identificado por una camiseta roja con el nombre de Josh Allen, fue expulsado del estadio y se le prohibió indefinidamente el acceso a todos los recintos y eventos oficiales de la NFL, incluyendo el Super Bowl, el draft y el scouting combine. "Este tipo de conductas son inaceptables y no tienen cabida en nuestros estadios", declaró un portavoz de la liga, reafirmando el compromiso de la NFL con la seguridad y el respeto dentro y fuera del campo.
Lamar Jackson, tras el partido, reconoció que su reacción no fue la más adecuada. "Vi que golpeó a Hopkins y luego me abofeteó. Olvidé dónde estaba y reaccioné. Debí dejar que la seguridad se encargara", declaró el dos veces MVP, mostrando arrepentimiento y dejando una valiosa lección sobre la importancia de mantener la compostura incluso en situaciones de alta tensión.
Este partido, sin duda, será recordado por la impresionante remontada de los Bills, el brillante desempeño de Josh Allen y la controversia generada por la agresión de un fanático. Un recordatorio de que el deporte, más allá del espectáculo y la competición, debe ser un espacio de respeto y convivencia para todos. La rápida actuación de la liga y el equipo sienta un precedente importante, enviando un mensaje claro: la violencia y la agresión no serán toleradas en la NFL. El incidente, sin embargo, abre un debate sobre la necesidad de reforzar la seguridad en los estadios y promover una cultura de respeto entre los aficionados, para que eventos como este no vuelvan a ocurrir.
Fuente: El Heraldo de México